P rincipios ecológicos y comodidades del siglo XX. Así es la filosofía de la Casita Verde, un grupo de estudios y proyectos relacionados con el medio ambiente, que tiene su ubicación en una peculiar y particular finca entre Eivissa y Sant Josep, donde cada elemento supone una pequeña reflexión acerca de la necesidad de proteger y cuidar nuestro entorno. Como señala el presidente de Ibiza Ecologic, Chris Dews, «se trata precisamente de vivir conforme a nuestras ideas pero sin tener que renunciar por ello a tener una vida agradable»

El, junto a James, Eckart o Imanol, componen el conjunto de residentes fijos del centro. Los cuatro comparten algo más que las comidas. Tienen en común una pasión: ofrecer a todo el que esté interesado, la opción de aprender a utilizar correcta y racionalmente, las posibilidades que nos proporciona la naturaleza. Ante la diferencia de caracteres, procedencias y espíritus, de esta comunidad, no parece demasiado difícil creer en la realidad de una propuesta que les ha llevado a confeccionar sus respectivos hogares en una cueva subterránea o un horno de cal. Un grupo activo que ha construido a base de basura y ánimo un área invadida por placas solares, sistemas de agua en el que la última palabra empleada es el derroche, agricultura ecológica o energías alternativas.

En el recinto hay zonas individuales y colectivas, pero, sobre todo, hay verde. Miles de metros cuadrados que cada uno se ha preocupado de decorar a su modo. Así, Imanol es el encargado de construir habitaciones con materiales de deshecho. Las botellas y las manos son sus herramientas fundamentales para obtener unos conjuntos que tienen tanto de artísticos como de funcionales. Eckhart aporta su inteligencia y ciencia en un empeño inusitado por hacer comprender «que no podemos centralizar la energía de nuestro alrededor. Debemos aprender a utilizar las cosas que están a nuestro alrededor». l Nieves Ibarrondo