C.C/N.I. Puig d'en Valls cerró ayer sus fiestas patronales en un acto marcado por la tradición. Aunque el tiempo no acompañó, los actos no dejaron de celebrarse y los vecinos de la población asistieron a la clausura de sus fiestas. Una repicada de campanas fue la encargada de despertarles, dándoles tiempo a asistir al pasacalles de la banda de majorettes de Santa Eulària. A las once, se inauguró en el colegio la exposición de dibujos. Poco después, tenía lugar la misa solemne que oficialmente clausuraba las fiestas. Al finalizar ésta, el grupo folklórico Xacoters de sa Torre ofrecieron una exhibición de ball pagès, mientras el cielo empezaba a nublarse peligrosamente. Asimismo, los miembros de la banda de tambores, cornetas y majorettes de Santa Eulària aguantaron estoicamente bajo la lluvia sin interrumpir su actuación. Una vez finalizada, todos -la banda y los vecinos- se dispersaron debido al mal tiempo.

Las precipitaciones tampoco fueron obstáculo para que la Asociación de Vecinos de Can Raspall, constituida hace apenas cuatro meses, disfrutaran con los actos programados para la jornada del domingo. Los habitantes de Platja den Bossa se regocijaron desde bien temprano con una diada floreada a cargo de la banda de cornetas y tambores de Figueretas. El deporte prosiguió con los festejos en una tirada de bolos y un partido de fútbol infantil a media mañana. Por la tarde, los niños fueron los reyes gracias a un baño de espuma. Las actuaciones de la Banda Municipal de Eivissa, Los Piconeros y Nairobi pusieron música a un ajetreado día que estaba previsto que terminara con un castillo de fuegos artificiales y verbena. El presidente de la Asociación, Sergio Martínez, ha valorado «muy positivamente esta primera experiencia y la participación de todos los vecinos».