Cuando el deporte se convierte en juego

Ainoa, una de las alumnas, lo tiene muy claro: «¿El objetivo? La diversión». Clara Frank, profesora de educación física del centro y autentica alma de las jornada hila más fino a la hora de exponer las razonas por las que se llevan a cabo: la diversión, claro está, está entre ellas, pero no es la única. «Se trata de que los alumnos aprendan tanto a ganar como a perder, la deportividad es algo que hay que aprender. Por otra parte, en los juegos deben abrirse a los otros grupos, lo que contrarresta el espíritu sectario que, a menudo, se crea en las clases. Por último, aunque no menos importante, las jornadas sirven para pasar un agradable día todos juntos en el campo».

Desde principio de curso, asegura Clara, los chavales no paran de preguntar por las fechas en que se celebrarán las jornadas. Dos o tres semanas antes de celebrarse, los profesores les dan la señal de salida. Durante ese tiempo, los alumnos de la Consolación preparan todas las actividades que llevarán a cabo durante la jornada: se entrenan en los distintos deportes, preparan bailes de animación, pancartas para animar a sus amigos e incluso una mascota. Sheila, de once años de edad, pertenece al equipo Teletubies: «Primero elegimos el nombre.