La diferencia entre un paisaje artificial o uno natural, el proceso de la fotosíntesis o el crecimiento de los vegetales ya no son ningún secreto. O al menos así lo aseguran los cuarenta chicos de entre seis y diez años que a lo largo de los días lectivos de esta semana han acudido a unas clases muy peculiares, organizadas por la Asociación de Padres y Madres del colegio Can Coix de Sant Antoni. Unas lecciones emplazadas en la escuela, el pueblo y zonas próximas, en las que han aprendido a contar enumerando las hojas de una flor, a restar arrancando los pétalos de las margaritas o a dividir distribuyendo las porciones de abono necesario para cuidar un huerto.
Isidoro, profesor de primero del centro escolar, ha sido el encargado de impartir las enseñanzas y formar a estos pequeños aprendices de jardinero, biólogo o botánico, en un intento por infundir en los niños el interés por la protección del medio ambiente, dándoles a conocer especies comunes y protegidas, a lo largo de hora y media de exposición teórica y práctica -que duraba cada ponencia del monitor- aderezada con ejercicios e iniciativas prácticas. Algunas de las que demostraron tener un mayor interés para los pequeños fue la fotografía y la pintura, donde confirmaron que el arte puede ser una virtud natural.
Manos, mochilas, botas camperas, ilusión e interés han sido las herramientas fundamentales que desde el lunes han confeccionado un variado programa en el que se incluían lecturas («El jardín y su historia», «La flor y sus clases», «La orientación del jardín» y «Jardín geométrico y paisajista»), excursiones, páginas de deberes y visitas.
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