Un grupo de alumnos del centro tuvo la oportunidad de acercarse a las tradiciones de las Pitiüses. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

Las aulas del colegio Es Vedrá se han convertido en un taller de cocina, una pequeña pecera, un teatro de títeres, un museo pictórico o una hemeroteca. Las clases están vacías de pupitres y llenas de recuerdos y olor a futuro. Los aburridos cuadernos de ortografía o cálculo han dejado paso a témperas, alimentos o cuerdas. Fotos, trajes regionales, productos típicos y especies autóctonas decoran las paredes del centro de enseñanza durante los próximos siete días. Y es que, por un tiempo, los alumnos han aparcado las clases de matemáticas e inglés y se adentran en la realidad de las islas en la «Setmana de Balears».

Una iniciativa que nace inspirada en las actividades que se desarrollaron hace cuatro años en una experiencia intercultural en la cual los escolares procedentes de otras regiones o países pudieron conocer costumbres diferentes a las propias.

Divididos en grupos por colores, los casi trescientos niños de edades comprendidas entre los seis y los 14 años, a los que hay que sumar los de educación infantil situados en un edificio aparte, pasarán por ocho áreas de trabajo diferentes en las que aprenderán desde la confección de una coca o una casa payesa a los animales que habitan el fondo marino.

Para ello se ha contado con instituciones públicas y privadas, grupos folclóricos y la colaboración de los padres. Entre todos han creado los escenarios, aportado material (trajes, libros, fotografías, instrumentos y aperos), e incluso algunas madres ejercen como profesoras de gastronomía.