En las Pitiüses es necesario crear cinco nuevas Zonas de Especial
Protección Para las Aves (Zepa), según el estudio que ha elaborado
la Sociedad Española de Ornitología (SEO-Birlife). Los islotes de
Eivissa, Santa Eulària y una parte de Formentera son las zonas a
proteger.
SEO-Birdlife ha elaborado, tras diez años de estudio, un
completo inventario donde se recogen las 400 zonas de España que
cumplen los criterios de la Unión Europea para ser declaradas Zonas
de Especial Protección para las Aves (Zepa). De las ocho áreas que
se recogen en las Pitiüses, tan sólo tres cuentan actualmente con
los niveles de protección necesarios para garantizar la existencia
de muchas especies, algunas de las cuáles están en peligro de
extinción.
Tagomago, es Vedrà y es Vedranell están protegidas al cien por
cien, mientras que sólo un 63 por ciento del territorio que ocupa
ses Salines es Zepa. No obstante, desde el punto de vista de
SEO-Birdlife, una de las principales ONGs a nivel mundial dedicada
al estudio y la conservación de las aves, deberían existir cinco
nuevas áreas en las Pitiüses: los islotes de Redona y es Canar, en
Santa Eulària; sa Conillera, ses Bledes y Espartà, en Eivissa; Cap
Nonó e Isla Murada, la Mola y el Cap de Barbaria. Estas zonas
ocupan una superficie total de 3.053 hectáreas.
El turismo, la pesca y el desarrollo urbanístico desorbitado son
las principales amenazas que se ciernen sobre estas zonas, según
consta en el estudio elaborado por esta organización, y que ha sido
publicado bajo el título «Areas importantes para las Aves en
España». Otros factores que provocan la mortalidad de especies
protegidas son la existencia de depredadores, como las ratas, o de
otras especies introducidas por el hombre, como es el caso de las
cabras de es Vedrà o los conejos, presentes en varios islotes
pitiusos.
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