Las empresas y comercios de las Pitiüses que no produzcan más de 10
toneladas al año de elementos tóxicos, "caso de las lavanderías,
tiendas fotográficas, farmacias, imprentas y tiendas de
electrodomésticos, entre otras" deberán contratar una compañía de
reciclaje, que se encargue de recoger los productos químicos
utilizados.
En el caso de que estos empresarios prefieran no adaptarse a la
normativa, se exponen a recibir la visita de los miembros del
Seprona, que ya han comenzado a inspeccionar los pequeños comercios
y talleres para comprobar si reciclan estos residuos. Pese a todo,
este cuerpo de la Guardia Civil todavía no ha aplicado las
sanciones correspondientes y se ha limitado a advertir con
apercibimientos, es decir, la antesala de la multa.
Sin embargo, no resulta sencillo contratar una empresa de este
tipo, puesto que hasta la fecha no hay ninguna compañía pitiusa que
dé este servicio y esté debidamente facultada para ello por el
Govern, como explica el ingeniero de la patronal Pimeef, Antoni
Prats.
Hasta ahora, los empresarios que no querían correr el riesgo de
recibir una multa se veían obligados a recurrir a compañías de
reciclaje de Mallorca o de la península, como Abihigiene, lo que
supone desembolsar 60.000 pesetas anuales.
Pero esta carga económica se puede suavizar próximamente, puesto
que el representante en Eivissa de varias de estas empresas de
reciclaje está buscando en la actualidad la subvención de las
instituciones insulares para aliviar el coste del transporte a los
empresarios. En caso de que las ayudas al transporte de los
residuos se materializaran, el precio del reciclaje se puede
reducir hasta la mitad, es decir, a unas 30.000 pesetas al año,
según Prats.
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