El taller de Antoni Marí Ribas Frígoles -o su «casa», como a él le gusta llamarlo- es una nave amplia, situado en la zona de Can Negre. El patio del mismo, sus largas y altas estanterías, el suelo y las mesas están repletas de objetos de cerámica de todo tipo y Frígoles está sentado frente a una mesa, dándole forma a una de las muchas lámparas que iluminarán un conocido hotel. Durante 14 horas al día a Frígoles se le puede ver así, sentado frente a su mesa de trabajo, haciendo rodar el torno con el pie mientras hace surgir de un trozo de barro una jarra, una hucha o un mortero; sacando objetos del horno, o enseñando a los muchos visitantes de su taller-museo sus piezas: «Ya nadie usa un librell para lavarse, pero me los piden para hacer lavabos; ya nadie usa una baldraca o un caduf o una jarra, pero me las piden para adorno».
Los artesanos de la Plaça d'Art rinden homenaje a 'Frígoles'
Antoni Marí Ribas cumplió sus bodas de oro con la cerámica hace ya un lustro y el próximo día 5 de abril sus años de trabajo serán reconocidos por sus colegas con la entrega de una placa
26/03/99 0:00
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