Uno de los veleros varados en la costa de la p itiusa sur desde el verano pasado.

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El pasado mes de agosto una tormenta azotó la isla de Formentera, dejando una DANA que duró aproximadamente una hora pero que se llevó por delante numerosas embarcaciones y provocó numerosos daños materiales en tierra así como daños personales: nueve heridos que se encontraban en un barco en Cala Saona y un conocido pescador de la isla que quedó durante horas a la deriva en el mar, provisto sólo de un trozo de madera.

El temporal dejó más de 40 barcos varados en las costas de la pitiusa menor, que fueron retirándose durante los días posteriores a excepción de dos de ellos: el Scipio y el Helisara. El primero de ellos situado frente a sa Sequi y el segundo en una pequeña cala junto al Molí de Sal.

Fueron muchas las preguntas al respecto de por qué no se retiraron estos barcos. Del primero se tuvo conocimiento de quién era su propietario, pero no así del segundo. Desde el Ejecutivo insular, liderado en ese momento por Llorenç Córdoba, se aseveró que tanto la dirección general de Costas como Capitanía Marítima estaban tratando de ponerse en contacto con los propietarios para que procediesen a la retirada de los navíos.

Siete meses

Siete meses después, la situación continúa en el mismo punto muerto. En el pasado pleno ordinario del mes de enero, el grupo parlamentario del PSOE lanzó una pregunta sobre en qué punto se encontraba la situación sobre la retirada de estos barcos, a lo que la vicepresidenta y consellera de Movilidad y Medio Ambiente, Verónica Castelló, contestó que se trataba de un asunto muy complejo puesto que no tenían constancia de ninguna comunicación ni respuesta oficial de la dirección general de Costas ni de Capitanía Marítima. En este punto es preciso recordar que la consellera había estado fuera de su área como el resto de integrantes del equipo de gobierno a excepción del conseller de Turismo y Vivienda tras su dimisión en bloque por la crisis creada con el anterior presidente del Consell y que se solventó con una moción de censura el pasado mes de diciembre.

Pedir la retirada

La consellera se comprometió en su respuesta al grupo socialista a hacer un escrito oficial y «tocar todas las puertas» para pedir la retirada de ambos barcos, tanto al Govern Balear, como a Capitanía Marítima e incluso, pedir responsabilidades al Gobierno Central.    También recordó que la retirada de estos barcos supone un coste de 400.000 euros, una cantidad «inasumible» para el Consell de Formentera.

A día de hoy, ambos veleros continúan en el mismo sitio y desde el Consell de Formentera confirman que se está trabajando para solventar esta situación.