El presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB), Javier Sanz, ha dejado claro este lunes que no se reunirá con el Consell d’Entitats de Formentera para intentar consensuar el futuro del puerto de La Savina. Una petición formulada por Sa Unió, GxF y el PSOE y que Sanz ha descartado porque, desde el punto de vista de la APB, el foro para desarrollar este debate es el Consell de Navegació i Port del puerto de la Savina: «En el Consell de Navegació están representados todos los ciudadanos».
Sanz ha explicado que la APB tiene «contacto constante» con el Consell de Formentera y ha recordado que uno de sus consellers, Artal Mayans, forma parte del consejo de administración del ente portuario. Ha explicado, además, que ya se ha reunido no solo con los integrantes del Consell de Navegació i Port, en el que está representada la institución insular, sino que también lo hizo días atrás con miembros de Sa Unió, GxF y el PSOE. «Queremos un diálogo abierto y constructivo», ha asegurado, «pero hay que tomar una decisión. Esto es un puerto de interés general y aquí caben todos». Por ello ha subrayado que el Consell de Navegació i Port es «el foro» adecuado para mantener este debate sobre el futuro del puerto formenterés dado que en él están representados «los que tienen interés portuario». «Ese es el foro auténtico de debate», ha insistido. Y ha añadido que la APB no puede «ir a visitar a cada uno a su casa».
Sobre el futuro del puerto, Sanz ha confirmado que la APB reconvertirá la Savina en una sola dársena, pasando de los 180 amarres actuales, que se reparten entre dos marinas, a unos 200. Todo ello sin recurrir a la ampliación del espacio portuario. Además, ha indicado que la Savina ya cuenta con amarres sociales pues, ha añadido, estos son aquellos destinados a embarcaciones de menos de 8 metros de eslora. Y, de este tipo, la Savina cuenta en estos momentos con 110.
El presidente de la APB también ha explicado que la modernización de la Savina obligará al nuevo concesionario a una inversión superior a los 3 millones de euros. De ahí que esté previsto que la concesión sea a largo plazo, aunque no ha aclarado si será de 18 o de 25 años. «Este puerto es para Formentera», ha insistido Javier Sanz, «y queremos que lo disfruten los ciudadanos». Por ello, se mantendrán los actuales servicios pero también se crearán otros nuevos como un gran aparcamiento, más establecimientos de ocio y nuevas medidas de seguridad. Todo ello sin perder de vista la sostenibilidad, el medio ambiente y la relación entre el puerto y la ciudad.
En cuanto al precio de los futuros amarres, el presidente de la APB ha señalado que el ente portuario no es el que los marca sino que esto es responsabilidad del operador. Y ha añadido que «el mercado es el que manda». «Se va a hacer una reordenación», ha señalado Sanz, «no hacemos un mayor espacio aunque haya más demanda que oferta. Y los empresarios están encantados. El espacio es reducido y se mantienen los que ya trabajan en el puerto. Será mejor, sobre todo para la ciudadanía».
En cuanto a los plazos, Javier Sanz ha explicado que una de las marinas acabará su concesión el próximo mes de enero mientras que la de la otra termina en octubre de 2025. Entre un mes y otro, la APB tiene previsto redactar el pliego de condiciones. Y la adjudicación podría estar lista para el mes de octubre, coincidiendo con la finalización de la concesión actual.
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