Imagen de archivo de un pleno en el Consell de Formentera. | R.I.

La situación en el Consell de Formentera sigue siendo muy convulsa. En el pleno celebrado este miércoles, que ha tenido una duración de más de seis horas, ha vuelto a quedar patente la soledad del presidente Llorenç Córdoba, al que solo apoya el conseller insular de Turismo, Artal Mayans. Enfrente, se sitúan Sa Unió, GxF y el PSOE. Una vez más, la sesión ha sido un constante intercambio de acusaciones y reproches que no ha llevado a nada. Eso sí, Sa Unió y el PSOE han logrado sacar adelante sendas propuestas para modificar la Ley de Consell y el Reglamento Orgánico del Consell (ROC), con el fin de forzar a Córdoba a someterse a una cuestión de confianza que permita obligarle a presentar la dimisión.

La sesión de este miércoles fue la segunda parte de la ya celebrada el pasado jueves, que tuvo que ser suspendida por la necesidad de que el secretario de la institución, Ángel Navarro, elaborara un informe sobre estas propuestas. El haber convocado esta segunda sesión tan tarde ha sido objeto de críticas a Córdoba. Sobre todo por parte del PSOE, cuyo portavoz, Rafa Ramírez, afirmó que el objetivo del presidente no ha sido otro que intentar ganar tiempo para que el PP balear presionara a José Alcaraz y lograra que retirara su proposición de modificación. Una interpretación según la cual Córdoba habría apoyado el martes en el Parlament que el presidente, Gabriel Le Senne, permaneciera en su cargo a cambio de esta supuesta presión.

Ese voto en la Cámara autonómica ha sido también controvertido. Y es que todos los grupos insulares han recordado cómo el presidente votó en el Consell a favor de una moción del PSOE que tenía como objetivo reprobar a Le Senne. Algo que Córdoba no tuvo en cuenta en el Parlament porque, al parecer, considera que su faceta como diputado no está en absoluto vinculada a la de presidente del Consell formenterés.

Ingobernabilidad

Una vez más, por otro lado, quedó claro que, a pesar de los esfuerzos del secretario insular, nadie en el pleno parece ser muy consciente de la situación que atraviesa la institución. Ni siquiera el presidente ha sido capaz de responder qué competencias autonómicas gestionadas por el Consell se están viendo afectadas por la situación de falta de Junta de Gobierno y de vicepresidencias. Y eso que son esas competencias las que precisamente permiten que Formentera cuente con un consell y no con ayuntamiento.

Salvo el presidente, todos pusieron sobre la mesa, también una vez más, la pérdida de «calidad democrática» que está sufriendo la institución por la crisis abierta por Córdoba a finales de noviembre del año pasado. Una crisis que, además, se ha sabido este miércoles que comenzó mucho antes, según explicó la exvicepresidenta, Verónica Castelló, quien relató que perdió la confianza en Córdoba ya en agosto de 2023, solo un mes después de que Sa Unió ganara las elecciones por mayoría absoluta.

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Así las cosas, la portavoz de GxF, Alejandra Ferrer, insistió en la necesidad de declarar la ingobernabilidad de la institución. Una postura con la que no estuvieron de acuerdo ni los consellers de Sa Unió ni los del PSOE, partidarios de agotar la vía de la cuestión de confianza antes de dar un paso que, sin lugar a dudas, pondría en juego la propia pervivencia de la institución insular.

El PSOE, por su parte, apostó por la modificación legislativa, pero también por el retorno de todos o varios de los consellers de Sa Unió al Gobierno insular con el fin de tomar «el control» de la Junta de Gobierno. Un retorno que, subrayó Rafa Ramírez, sería solo temporal pues, una vez aprobadas las modificaciones legislativas, se forzaría a Córdoba a someterse a una cuestión de confianza que, en las actuales circunstancias, no podría superar.

Sa Unió, finalmente, rechazó rotundamente esta posibilidad y ha defendido que es más beneficioso para todos sacar adelante estas modificaciones, que necesitan el beneplácito del Parlament, y obligar a Llorenç Córdoba a dejar la presidencia.

El acuerdo fake anunciado por el presidente el martes, por otro lado, fue también motivo de debate. Y es que desde las filas de la oposición se mostró la sorpresa por una situación para la que ya no quedan apenas adjetivos. Sa Unió, por su parte, volvió a dejar claro que no hay ninguna posibilidad de alcanzar acuerdos con Córdoba y su portavoz, José Alcaraz, explicó que el presidente pidió a la coalición «hace un mes» un acuerdo y se comprometió a remitirles un escrito que, al parecer, aún están esperando.

Parálisis

En el también larguísimo turno de preguntas, quedó patente que la institución está prácticamente paralizada. Así, cuestiones tan importantes como la regulación de s’Estany des Peix siguen esperando una solución definitiva. Lo mismo sucede con otros asuntos como la renovación de los elementos y señalizaciones del sistema dunar o la elaboración de un estudio sobre la carga de trabajo real que tienen los Bomberos. Una situación que, como destacó el conseller de GxF Josep Marí, demuestra que «el barco hace aguas por todos los lados». «Se te quitan las ganas de venir al pleno», afirmó el mismo conseller, «creo que estoy haciendo el ridículo aquí».