«Yo me sentaré a negociar pero no aceptaré el chantaje». Así se ha pronunciado este lunes el presidente del Consell de Formentera, Llorenç Córdoba, tras el anuncio de que siete de los ocho consellers de Sa Unió dimitirán de todos sus cargos. Córdoba ha recordado que el conseller insular de Turismo, Artal Mayans, no ha desvelado aún si actuará como el resto de sus compañeros y ha explicado que espera que otros consellers «se lo repiensen». Eso sí, también ha dejado claro que no rehabilitará a José Alcaraz, presidente del PP en la isla, en sus cargos de vicepresidente y conseller de Promoción Económica y Administración Insular.
Llorenç Córdoba ha calificado de «chantaje» la actitud de Sa Unió. Y ha explicado que, en plenas negociaciones para solventar la crisis abierta por él mismo el pasado mes de noviembre, fueron los representantes de la coalición los que le dieron «dos horas» para aceptar que Alcaraz recuperara sus cargos bajo la amenaza de dimitir si no aceptaba.
Aunque ha defendido tanto el programa electoral de la coalición como a sus políticos también ha deslizado que esta se encuentra en manos de «algún empresario importante de la isla», que sería el responsable de la actual situación. No obstante, Córdoba ha insistido en que «la puerta está abierta, no hay rencor», a la espera de que alguno de los dimisionarios dé marcha atrás en su decisión. Pero también ha subrayado que los consellers «conflictivos», en clara referencia a Alcaraz, deben abandonar la institución, dejando sus actas, para permitir que otros integrantes de la lista electoral de Sa Unió puedan entrar en el Gobierno insular.
A pesar de las buenas palabras, Córdoba ha arremetido contra Sa Unió acusando a sus consellers de «secuestrar» a la institución y de «dejar tirados a los funcionarios», que este lunes están trabajando sin ninguna dirección política. «Están presionando y han cogido al Consell como rehén», ha lamentado, «mal presidente sería yo si cediera a estos chantajes».
Córdoba también ha criticado a los dimisionarios por abandonar sus funciones como consellers del gobierno pero no sus actas como cargos electos. Y es que, ha asegurado, «no quieren trabajar pero tienen un contrato en el bolsillo con el que no se les puede echar». Los consellers pueden, efectivamente, dimitir de sus cargos o ser cesados por el presidente pero, en tanto cargos electos, han de ser ellos mismos los que renuncien a su puesto en la institución. Cosa que, en el caso de los siete dimisionarios, no ha sucedido ni está previsto que suceda.
Córdoba, que fue expulsado de Sa Unió a principios del pasado mes de enero, ha señalado, por otro lado, que él sí quiere gobernar con la coalición: «Es la coalición con la que me presenté a las elecciones pero me lo están poniendo muy difícil».
El presidente ha destacado la importancia de que el conseller de Turismo, Artal Mayans, no haya dimitido y haya acudido este lunes a su puesto de trabajo. Una «muestra de responsabilidad» que ha agradecido públicamente. Pero es consciente de que solo con Mayans no podrá gobernar, por lo que, en estos momentos, analiza junto al secretario de la institución, Ángel Custodio Navarro, «y otros juristas» las posibles soluciones. En este sentido, Córdoba ha admitido que la situación es «complicada», por lo que ha rogado a Sa Unió seguir «negociando» para encontrar una salida que permita a la coalición mantener el Gobierno del Consell formenterés.
Sobre la posibilidad de gobernar con la oposición, Llorenç Córdoba ha señalado que se ha puesto en contacto con el PSOE y con GxF pero sin concretar nada al respecto. El presidente ha indicado que esta es su «obligación» porque «hay que trabajar en todas las vías posibles» dado que él no puede «recomponer el gobierno de Sa Unió».
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