El final de 2018 puede que sea no solo el final de un año, sino también el final de toda una odisea educativa: la que han vivido los últimos años vecinos, familias, escolares y comunidad educativa en Sant Ferran, donde ayer más de uno marcaba en rojo el calendario del año que viene después de que el Conseller balear d’Educació i Universitat, Martí March, presentara ayer el anteproyecto del nuevo colegio y se aventurara a dar una fecha de finalización. «Espero que esto, a partir de ahora, empiece a caminar de una forma rápida y que a partir de finales del 2018 el CEIP de Sant Ferran sea una realidad».

Núcleo histórico

Cabe recordar que la ejecución de este proyecto dependía de la justificación de los núcleos históricos por parte del Consell de Formentera, ya que éstos estaban suspendidos por una sentencia judicial y esto afectaba directamente al solar adquirido para la construcción del futuro centro, que estaba afectado por la protección que marca la Ley de Patrimonio en el entorno de la iglesia de Sant Ferran. Parece ser que a finales de mayo se podrá contar con la aprobación definitiva de la modificación de las normas subsidiarias, cosa que agilizaría la concesión de la licencia. «Una vez resuelta la problemática de patrimonio, que ya está aprobada inicialmente y en publicación, entendemos que a principios de verano esto puede ser una realidad y se pueda dar esta licencia para hacer los trámites definitivos para poner en marcha esta nueva construcción», explicó Jaume Ferrer, president del Consell, que pedía el máximo consenso posible entre instituciones y comunidad educativa a la hora de la confección definitiva del proyecto del nuevo colegio. «Este anteproyecto es un punto de partida importante y espero que en breves meses podamos disponer desde la Conselleria d’Educació el proyecto ejecutivo redactado», apuntó.

Desde la APIMA del centro se mostraban moderadamente optimistas con el anteproyecto. Jesús Jiménez, vicepresidente de la asociación, veía en positivo la futura construcción: «En teoría va a ser plano, una altura, van a ser unas instalaciones interesantes, ni grandes, ni masificadas». En cuanto al calendario, explicó que hace tanto tiempo que esperan el nuevo centro que «todavía no nos lo creemos, cuando esté puesta la primera piedra nos lo creeremos. Pero bueno, en principio parece que la cosa ya arranca definitivamente». En este sentido, las familias piden que se active la posibilidad de un comedor escolar, instalación inexistente hasta ahora en la isla.

El nuevo colegio, que se situará en una parcela de 11.000 metros cuadrados a las afueras del pueblo, ha sido redactado por el IBISEC y prevé un centro de dos líneas con seis unidades de educación infantil y 12 unidades de educación primaria con capacidad para 450 alumnos. Junto al nuevo centro se edificará la futura escoleta municipal que prevé el Consell, con dos líneas y seis unidades para 74 alumnos. El centro de Educación Infantil y Primaria supondrá una inversión de 5,81 millones de euros y la escuela de Educación Infantil municipal tendrá un coste de 1,09 millones. Una vez iniciada la construcción, se prevé que esté terminada en un año y dos meses.