Al inicio del presente año 2015 se cumplió el primer aniversario de la entrada en vigor de la ordenanza del Consell Insular de Formentera y relativa a eliminar el uso y distribución de bolsas de plástico en los comercios de la isla, aprobada en el mes de julio de 2013.
Si bien dicha reglamentación ya era efectiva desde 2009, momento de inicio de la campaña «Formentera, naturalment sense plàstic», sólo estaba dirigida a las tiendas de alimentación, unos 50 en Formentera. A partir del 1 de enero de 2014, esta medida se hizo extensiva al resto de los establecimientos comerciales, un total de 439, según informaron desde el Consell Insular.
Según el comunicado remitido por el área de Mediambient, «el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha estimado que el consumo de bolsas de plástico por habitante y año es de 145 unidades por persona, un 50% menos que hace cinco años y con esta estimación, la aplicación de las medidas establecidas ha dado como resultado que en Formentera se ha evitado la distribución de 1.740.000 bolsas, convirtiéndose en uno de los líderes entre los municipios que han aplicado esta acción, prevista en el Plan Nacional de Residuos estatal desde 2008 hasta 2015».
Durante el presente ejercicio, los servicios de inspección de la Conselleria de Mediambient insular han realizado tareas de información en todos los establecimientos locales e iniciado 7 expedientes sancionadores por incumplir la norma de distribuir bolsas de plástico entre los clientes.
Sobre este asunto, la consellera Silvia Tur comentó que, «no utilizar bolsas de plástico derivadas del petróleo es una cuestión muy importante para el paisaje terrestre y la fauna marina, que las ingieren accidentalmente».
Para la consellera, «sustituir dichos envases por otros de composición más natural y de menor durabilidad, como las de fécula de patata o trigo, es una acción que conlleva poco esfuerzo personal pero mucho beneficio para el medio ambiente».
Lo que sí es cierto es que la gran mayoría de los residentes en Formentera están concienciados en este tema y llevan en el bolso o en el coche bolsas de usos múltiples a la hora de hacer la compra, así como senallons o modernos carritos.
Aunque algunos han manifestado que muchos de los productos que compran vienen envueltos en plástico y sobre todo el consumo primordial en la isla de agua embotellada que, si bien existen contenedores específicos, muchas de esas botellas acaban en las papeleras.
Si el cliente no tiene como llevar sus compras los comerciantes, sobre todo los de alimentación cobran entre 10 y 50 céntimos la bolsa, las más pequeñas de fécula y las grandes de rafia, estas últimas las más solicitadas por su demostrada larga duración.
Mientras, algunos comerciantes se quejaron ante la consulta de este rotativo sobre la medida, la que todos apoyan por su defensa al medioambiente, pero critican la falta de tiempo desde la puesta en práctica de la misma, la escasa y tardía información, por lo que muchos tienen en sus almacenes importantes cantidades de bolsas de plástico que ya no pueden usar y que les han supuesto un gasto importante, al que se añade la compra de bolsas de papel o de tela, estas últimas reutilizables.
Además desde los negocios apuntaron que la mayoría del material que les llega sobre todo textil, viene envuelto en plástico.
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