— ¿En qué te inspiraste y cómo surgió la idea de ‘La preñada’?
— Realmente es la continuidad de ‘Inviting Life’, la intervención que hicimos en 2023 y que explora la transformación de los materiales del Pabellón. La hicimos junto con los estudiantes del Meats de Elisava con el que tenemos un convenio. Una losa de travertino del pabellón se rompió, la subimos al maletero del coche, la llevamos a la universidad y comenzamos el proyecto. Se ha generado de manera muy orgánica y siempre a partir de lo material, y se basa en las afecciones que tiene, sobre cómo renovar o promover una actitud más sostenible y responsable. Asimismo, la muestra también expone una serie de litografías de un fragmento de travertino.
— ¿Cómo definirías la relación entre la arquitectura, el tiempo y la naturaleza mediante la losa de travertino y los musgos del pabellón?
— Hay una voluntad y exigencia por parte de los visitantes. Es disrumpir, llevarlo a la contemporaneidad y que los materiales tienen una vida propia. Además, todos los días se recogen datos de la evolución del musgo y otros entes vivos que transforman la losa.
— ¿Cómo influye la interacción del público en el proyecto?
— Pueden encargarse de los cuidados. Los materiales están a la vista. Se invita al público a participar. Artistas, galeristas y visitantes serán los responsables de cuidar esta losa preñada, humedeciendo la piedra de día y protegiéndola.
— ¿Qué papel juega la galería FUGA?
— Lo complejo era cómo darle autonomía y cómo anclar la losa de travertino al lugar, y ante un contexto más urbano. Se ha hecho a través de un tubo de látex que recorre el espacio de la galería y alimenta a la losa, a modo de cordón umbilical.
La muestra se podrá ver hasta el 15 de marzo.
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