Una caña y un papel de fumar para combatir la dependencia de los móviles

Con unas simples cañas y algún papel de fumar, los pequeños aprendices se marcharon felices a sus casas tras elaborar un barco con una hoja de caña o un calatrec, un instrumento de percusión hecho también con un trozo de caña partido por la mitad y una astilla tensada con una cuerda. Palermet les enseñó además a elaborar un brunyidor o tuta, una especie de xeremia confeccionada con un trozo de caña y un papel de fumar.

Con estos talleres, Marí busca enseñar a los niños cómo eran los juguetes de antes. «Una persona que era como mi abuelo me enseñó a hacer el calatrec. También era un niño cuando me enseñaron a hacer el barquito», comentó este josepí antes de iniciar el taller.

Otro claro objetivo de la divertida iniciativa es que los participantes se olviden durante un tiempo de las pantallas y dispositivos digitales y aprendan a manipular materiales como la caña, «que tampoco están demasiado acostumbrados a ello», comentó Palermet.

«Cuando los hacen, después se van contentos tocando sus nuevos instrumentos, aunque comparados con todo lo que pueden hacer sus móviles, los juguetes tampoco son demasiada cosa», recordó.

Según añadió, hoy en día los niños no están habituados a utilizar navajas o cuchillos, necesarios para fabricar los juguetes, por lo que, según las edades, los papás y mamás de los pequeños jugaron ayer un papel importante y colaboraron con sus hijos en la fabricación de estas piezas.

Marí recordó que ha realizado otros talleres similares en los que ha podido comprobar lo ilusionados que se marchaban los participantes tras crear ellos mismos sus propios juguetes.