Gran afluencia de clientes en los comercios de Ibiza con motivo de la celebración del Black Friday. | Irene Arango

El día del Black Friday poco tiene que ver con la tradición isleña, o tan siquiera, española. De origen estadounidense, nació en la década de los 60 para impulsar el comercio minorista tras el primer viernes después de acción de gracias. Se buscaba así aumentar las ventas en ese periodo festivo. Sin embargo, y pese a nacer a miles de kilómetros de distancia, a día de hoy este día se celebra a pleno rendimiento en las calles de Ibiza.

Paseando por el centro de Vila, es difícil encontrar un escaparate, ya sea de una gran cadena de Inditex o de un pequeño comercio local, que no haya colgado el cartel de rebajas con motivo del Black Friday. Y es que este día es especialmente importante para muchos comercios. Noviembre acostumbra a ser un mes complicado comercialmente en la isla: ya ha terminado la temporada turística y muchos potenciales compradores ya han marchado. Sin embargo, las compras de Navidad en muchos casos no han llegado.

Un cartel de 'Black Friday' en una tienda.

Por ello, muchos comercios de Ibiza se encomiendan a este día. «Noviembre suele ser un mes muy tranquilo en el comercio minorista, pero esta campaña que coincide con el Black Friday, disparan las ventas en más de un 10 por ciento comparado con jornadas anteriores», aseguraba hace unos días José Javier Marí, presidente de Pimeef.

Los clientes responden de manera notoria a esta llamada, como se puede ver por la afluencia de gente en la Avinguda d’Ignasi Wallis, a la altura de la calle de las tiendas. Ahí, algunos, como Javi, un hombre de una treintena de años no desaprovecha la ocasión para llenarse las manos con sus compras: unos pantalones, tres camisetas y un par de zapatos de vestir. Asegura «no ser habitual de este tipo de días» pero sí llevar mucho tiempo sin renovar su armario.

De una manera muy distinta lo vive Lucía, una chica joven que ha acompañado a su amiga a «echar un vistazo». Sin embargo, ninguna de ellas parece decantarse por nada de lo que han encontrado, y asegura, «que termina siendo algo agobiante porque hay mucha más gente que un día normal, y termina siendo hasta más difícil comprar».