Con el encendido de luces, esta celebración abrió sus puertas en el aparcamiento de sa Joveria. | Toni Planells

Con el encendido de luces y el bullicio de los primeros visitantes, la Feria de Navidad de Ibiza abrió sus puertas este viernes en el aparcamiento de sa Joveria por segundo año consecutivo. Desde las cinco de la tarde, familias enteras disfrutaron de una amplia oferta de atracciones, juegos y delicias gastronómicas que convierten esta cita en un imprescindible de la temporada festiva. El espacio, que alberga 40 paradas entre atracciones, juegos y puestos de comida, se fue llenando de risas y emociones a lo largo de la tarde, a medida que los más pequeños iban terminando sus clases extraescolares.

Las atracciones clásicas, como el Súper Dragón o los autos de choque, volvieron a reunir a generaciones de ibicencos, mientras que las novedades sorprendieron a todos. Entre ellas, destacó el Simulador 10D, que llevó a los participantes a mundos virtuales con efectos inmersivos, y King Kong, una aventura solo para los más valientes.

Los más pequeños disfrutaron de carruseles y tiovivos que transportaron a muchos padres a su propia infancia, mientras que los adolescentes y adultos se dejaron llevar por la adrenalina en atracciones como el Barco Vikingo y la enorme V. Este año, los visitantes también pudieron enfrentarse al reto de la Bicicleta Loca.