Una de las mesas parece presidirla Josefa Ramón, una mujer que afirma estar «siempre de broma». Fue acompañada de su marido, Toni Tur, quien más callado que su mujer, disfrutó de la comida. Ambos coincidieron en afirmar en que estos eventos «son geniales» para reunirse todos los mayores del pueblo. Incluso, les gustaría que se celebraran con más frecuencia, «como mínimo dos veces al año», añadía Josefa, quien estaba muy feliz «de estar rodeada de sus amistades». Junto a ella, además de su marido, tenía precisamente a una de esas importantes amigas, como es Margalida. Ella aseguró que acude al club todos los domingos. «Venimos aquí, echamos una partida a las cartas, luego cenamos y nos vamos a casa», explicó. Sin embargo, días así son especiales, en su opinión, «porque se reúne gente que no viene tanto y no vemos tan a menudo». Coincidía con su amiga Josefa en que «hacen falta más cosas así para los mayores».
Justo en la mesa contigua estaba otro grupo de amigos. Alguno de ellos señala a Toni, de Can Cova, como una de las personas más mayores de la parroquia. Todos ellos, mientras disfrutaban de su paella dominical, coincidían en la opinión de sus vecinas de mesa: quieren más actividades como la de este domingo. Todos ellos estaban muy felices de reunirse con sus vecinos a los que, como ellos mismos dicen, «conocen de toda la vida». La parroquia de Sant Mateu, y más mediante comidas que reúnen a los más mayores, no dejan de ser ese recuerdo de la Ibiza más tradicional y pagesa, alejada de la modernidad de tantos puntos de esta célebre isla.
En otra de las mesas, al final de todo, estaban las autoridades. Entre ellas está, entre otros, el alcalde del municipio, Marcos Serra, junto a Antoni Marí, concejal de Sant Mateu. Esta comida estaba enmarcada precisamente dentro del marco de las fiestas patronales de la parroquia, que el próximo sábado vivirá su día grande. Junto a ambos estaba el obispo Vicent Ribas, que durante muchos años fue el párroco de Sant Mateu, por lo cual este domingo estaba contento «de poder reunirse con amigos y caras conocidas».
Esta celebración no sería posible sin la gente que hay detrás. Entre los presentes estaban Toni Cardona, uno de los encargados de toda la comitiva de fiestas de la parroquia, que junto a sus compañeros se sumó a la comida con los mayores, el encargado del centro social, Joan Olivar o los cocineros de la paella, Vicent Sala padre e hijo.
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