Y no solo tuvieron una misa sino que desde la Colla de l’Horta hicieron una muestra de ball pagès para todos los asistentes. Además, estos balladors fueron antes de la cita en la plaza a la Residencia Colisée para hacer una ballada para los mayores que no pudieron desplazarse.
La jornada continuó en Sant Rafel, concretamente en el restaurante Es Cruce, ya que al ser tanta gente fue el lugar donde podían acoger a todos. José Ángel Marí Guasch, encargado del local, explicó que para este día tenían reserva para un total de 120 personas, donde el menú era arroz marinera de primero, de segundo sofrit pagès, sorbete de limón y el café. Además, el Consistorio de la Vila del Río les puso ensaimada y moscatel.
Esperanza Cardona Juan y Ana Juan Guasch son dos vecinas de Jesús que ya han acudido a varias de estas reuniones y que han guardado un sitio en la mesa desde mucho antes de que empezara la comida. «Nos parece estupendo que se hagan estas comidas, así al menos salimos de casa», explicaron ambas a Periódico de Ibiza y Formentera. Aunque no pudieron ir a misa porque no las podían llevar, no quisieron perderse la oportunidad de un día en el que se encuentra todo el pueblo. «Bueno, lo que más nos gusta es la gente, la comida y la ensaimada», comentó entre risas Cardona.
Quien tampoco quiso perderse este evento es Antonia Boned, también de Jesús. Es la primera vez que acudí, ya que su marido ya tiene la edad mínima para asistir, 75 años, y se guardaron este día en su calendario. «Está muy bien que piensen en nosotros», afirmó Boned sobre que se hagan este tipo de reuniones.
«Nos las tenemos ganadas estas comidas. Cada año venimos desde que tenemos la edad», afirmaron Vicent Guasch y Eulàlia Clapés Boned, una pareja de Jesús.
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