30 estudiantes de 1o de Bachillerato disfrutaron este jueves de ‘Jóvens per la mar’. | Moisés Copa

Como si de auténticos corsarios se tratara, cerca de 30 estudiantes de 1o de Bachillerato disfrutaron este jueves de ‘Jóvens per la mar’, una iniciativa del Club Náutico Ibiza con la que los participantes vivieron una gran experiencia náutica. Los jóvenes surcaron aguas pitiusas a bordo de la goleta ‘Saga’ pudiendo descubrir todo un patrimonio marítimo desconocido para muchos.

La ‘rissaga’ en el mar obligó a alterar el recorrido previsto inicialmente a bordo de esta nave de 1.926, aunque ello no impidió que los participantes en el programa conocieran apasionantes datos sobre la historia marítima de Ibiza; el papel que jugaban los corsarios o cómo pueden identificarse los diferentes torres de defensa y faros repartidos por el litoral pitiuso. El XXV aniversario de la declaración Ibiza Patrimonio de la Humanidad centró también parte de las actividades.

La bióloga marina Agnès Torres fue la encargada de descubrir a estos jóvenes de Ibiza los secretos del mar y «todo de una manera muy práctica y dinámica».

Repartidos por equipos e inmersos en su papel de corsarios, a medida que los estudiantes acertaban preguntas y juegos se hacían con unas pequeñas canicas que representaban las monedas de la época.
Según explicó la bióloga, «parece mentira, pero muchos jóvenes de Ibiza nunca habían salido a navegar. Les hablamos mucho de la posidonia, pero no la han visto».

Al mismo tiempo, según Torres, los estudiantes pudieron experimentar sobre el terreno muchas de las cuestiones que habían estado aprendiendo a lo largo del curso.

La experta reconoció además que los jóvenes de Ibiza no conocen la biodiversidad del mar y no son capaces de identificar muchas de las especies que habitan en el Mediterráneo.

Desde el Club presentaron también la iniciativa ‘Cuida’m la mar Mediterrània’. Durante los cursos de vela del Náutico, los alumnos dedican una serie de horas a conocer temas medioambientales. «Hay una parte de concienciación muy fuerte y nos desplazamos también a playas o acantilados, a zonas donde no se puede acceder vía terrestre, para retirar residuos. Gracias a este programa hemos podido eliminar bastantes toneladas de basura procedente del mar», recordó la bióloga.
Torres resaltó que, con este tipo de iniciativas, los más jóvenes aprenden a valorar el patrimonio marítimo pitiuso «porque uno no puede valorar aquello que no conoce».