Las diferentes entidades educativas y sociales del barrio de Cas Serres se unieron este año en la rúa de Carnaval para «hacer un poco de barrio» en un pasacalles conjunto, en una jornada que hicieron inclusiva e intergeneracional. Durante casi dos horas desfilaron disfrazados, repartiendo alegría y amor los alumnos de los colegios Poeta Villangomez y Cas Serres, junto con su escoleta y los usuarios del taller de terapia ocupacional del barrio, que depende del área de Bienestar Social del Consell d'Eivissa. Todos ellos pasaron por las puertas de la residencia de mayores Reina Sofía, donde los usuarios les esperaban también con sus mejores atuendos carnavalescos y un cariño acogedor.
Los pioneros en la idea de copar las calles de emoción fueron hace un año los dos colegios, quienes desde sus equipos directivos animaron a la escoleta y al centro de día a participar porque, como indicó la secretaria Cas Serres, Eva Fernández, «queríamos hacer un poco de barrio porque el barrio de Cas Serres existe, estamos aquí y hay vida». Desde terapia ocupacional se mostraron contentos porque los colegios «tienen directoras muy activas» en este ámbito, y desde el colegio Poeta Villangómez explicaron a este rotativo que «con los mayores se hacen talleres en conjunto durante todo el año».
Como bien sabe una de las coordinadoras de la residencia, para ellos «es un día diferente; salen un poco de la rutina, recuerdan tradiciones que tiempo atrás han hecho ellos y pasan una mañana en una actividad interrelacional». La felicidad se marcaba en sus caras, algunos llevaban pañuelos de pirata, otros collares o guitarras que habían diseñado para la ocasión y con entusiasmo se saludaban entre ellos e incluso se reconocían y encontraban con familiares o conocidos.
Del CEIP Villangómez participaron un total de 150 alumnos, de entre tres y 12 años, disfrazados de enmariolats. Cada uno a su manera con prendas recicladas y coloridas que trajeron de sus casas y entre ellos mismos pudieron intercambiar. Realizaron sus propias maracas de botellas de plástico recicladas y unas vistosas pancartas que portaron en todo el trayecto.
Corsarios ibicencos
Del CEIP Cas Serres acudieron unos 170 alumnos de las mismas edades, quienes fueron vestidos de corsarios ibicencos. La secretaria explicó que «se lo pasaron bomba porque el disfraz lo prepararon en clase ya que durante las semanas anteriores trabajan el tema de torres de defensa y corsarios como parte de la historia de Ibiza», con lo cual van metiéndose en el papel de aquellos a quienes representan, adaptando el material según sus edades. Incluso los mayores prepararon una coreografía en la que simularon una batalla de piratas muy animada.
En el caso de la escoleta de Cas Serres, fue la primera vez y «al principio había nervios», admite su directora, pero todo salió a pedir de boca gracias a la implicación de los papás y mamás que disfrazaron al total de 36 pequeños de entre dos y tres años, acompañándolos durante todo el camino. También se estrenaron los 30 usuarios del Taller de Terapia Ocupacional, que no paraban de bailar y cantar al son de la música, saludaron a todo aquel que dejaban a su paso y pudieron mostrar los disfraces que ellos mismos realizaron con «papeles de colores», como explicó una de ellas, quien detalló que iban disfrazados «de felicidad».
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¿Inclusiva con quién? ¿Con los más de 30.000 niños que esperan cuidados paliativos, los enfermos de ELA, los familiares de los más de 4.200 suicidados el año pasado, las familias numerosas, los de las colas del hambre, las víctimas del terrorismo, los parados de larga duración...? ¿O, de nuevo, sólo es inclusiva con los de siempre?