La historia de la música en Ibiza

Se trata del primer volumen de lo que, tal como explica Prieto, «iba a ser un único libro cuando Joan Antoni me lo propuso hace 11 años», pero que la cantidad de documentación localizada, «sobre todo a partir del siglo XVIII», ha llevado a los investigadores a dividir el trabajo en tres volúmenes. De esta manera, el proyecto «La música a Eivissa» repasará la historia de la música en Ibiza desde los primeros asentamientos fenicios, «a partir de los restos arqueológicos en los que hay representaciones de figuras portando instrumentos musicales», hasta la actualidad.

En el caso del primer volumen, que se ha presentado este jueves, la historia abarca hasta el siglo XVIII, «pasando por los primeros rituales representados en las figuras halladas entre los restos arqueológicos y contextualizados dentro de la cultura mediterránea, la llegada de la cultura islámica, la Edad Media hasta llegar al siglo XVIII», tal como explica Prieto, licenciado en Historia y Ciencia de la Música.

Tal como explica el autor, «hasta finales del siglo XVIII, la música de iglesia en Ibiza, debido a la falta de instrumentos, al Decreto de Nueva Planta y demás. La llegada del primer obispo de Ibiza y la revalorización de la religión a finales del siglo XVIII, permitieron cierto resurgimiento de la música de iglesia».

De esta manera, las 130 páginas de este primer volumen, bien surtidas de ilustraciones, vienen precedidas de una portada más que significativa que Prieto no se resiste a subrayar: «Se trata de una pequeña figura de ocho centímetros del dios Bes, encontrada en Ibiza pero que se encuentra en el Museo Arqueológico de Madrid, en la que está tocando un doble aulos. Un instrumento característico de la cultura mediterránea. En una figura (fotografiada por Joan Costa) que representa perfectamente la idea del proyecto: Bes, como símbolo de Ibiza, tocando un instrumento».

Los autores tienen previsto presentar el segundo tomo, que ya tienen terminado, a finales de año para seguir trabajando en el tercer volumen de la serie con la que los autores llevan investigando siete años. Un trabajo conjunto que Torres explica con una metáfora: «yo he puesto el esqueleto y Pere se ha encargado de aportar la musculatura del resto del cuerpo de este proyecto».