Si aún no son fans de la serie House of cards, se la recomiendo. Si han tenido la ocasión de ver las cuatro temporadas de la serie protagonizada por Kevin Stacy recordarán los problemas que se producían en el Congreso de los Estados Unidos cada vez que había que impulsar una nueva ley o solicitar un presupuesto extraordinario. Daba la sensación de que el Congreso existía básicamente para poner trabas al trabajo del Gobierno de los Estados Unidos. Creo que la serie refleja de forma muy fidedigna lo que ocurre en aquel país, pero aquí también tenemos nuestra versión de House of cards. Es mucho más cutre, sus protagonistas son de más de bailar congas en plena calle, pero el final es el mismo. Temas que se atascan, medias verdades, mentiras que no son ni siquiera medias. Y así pasan los años (ya llevamos uno, por cierto) y si este verano hay problemas por la falta de agua la culpa será de la ministra Tejerina, o de Rajoy, o incluso de Company, pero de ninguna manera de los actuales responsables de la Conselleria de Medi Ambient. Resulta que publicamos el documento que acredita la recepción de la desaladora del Ministerio de Medio Ambiente al Govern el pasado febrero. Y la Conselleria de Medi Ambient, cuyo departamento de prensa sabe perfectamente seleccionar a quien debe vender su parte de la historia, atasca el problema de la desaladora en los despachos, en llamadas telefónicas, en reuniones inexistentes o en visitas que nadie sabe bien ni quien las hace ni para qué se hacen. En definitiva, una tomadura de pelo a gran escala, pagada con nuestro dinero, de personajes que, de momento, tienen en su haber la desastrosa gestión de la matanza de es Vedrà y que este verano, si la climatología no se apiada de nosotros, serán los responsables de que algunas zonas de Eivissa no tengan agua en condiciones. Ellos y solo ellos serán los culpables. Como antes lo era Company (¿se acuerdan?) y anteriormente alguien del Govern de Antich. Y mientras, el Consell d’Eivissa tampoco dice ni «mu».