Borrones y tachaduras

Un PSIB amortajado celebra un congreso a la búlgara

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Este fin de semana, Palma fue el escenario del XV Congreso del PSIB-PSOE, un acto marcado por la presencia de Pedro Sánchez y por su habitual retórica grandilocuente. El presidente del Gobierno aprovechó para lanzar, como de costumbre, sus ataques contra el Partido Popular, la formación que, recordemos, ganó las elecciones generales de 2023 y que actualmente gobierna en la mayoría de comunidades autónomas.

Sánchez sigue insistiendo en que representa a la mayoría de los españoles, cuando la realidad es que su continuidad en el poder se debe exclusivamente a los apoyos parlamentarios que ha podido comprar a base de concesiones inconstitucionales y de llevar a cabo aquello que prometió no hacer jamás: indultos, ley de amnistía, cupo catalán y competencia de inmigración para Catalunya. Todo era ilegal e imposible, hasta que se lo exigió Carles Puigdemont para que pueda seguir en La Moncloa.

EL ‘PACTO DEL VENTORRO’
Sánchez es un maestro en el arte de jugar con las palabras. Bautizó el acuerdo entre PP y Vox en la Comunitat Valenciana como ‘Pacto del Ventorro’, en alusión al restaurante en el que estuvo almorzando el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, el 29 de octubre, día de la fatídica riada que se cobró la vida de 224 personas, dejó 306.000 afectados, 11.242 viviendas dañadas y 141.000 vehículos inservibles. Pero lo cierto es que ese acuerdo para aprobar los presupuestos de la Generalitat, aborta de raíz la posibilidad de una moción de censura con la que la izquierda venía soñando.

Las cesiones de Mazón a la ultraderecha de Vox no son peores que las suyas a la ultraderecha catalana de Junts per Catalunya, ni a los fascistas vascos de EH Bildu en Pamplona; con el agravante que no consta que Vox haya optado nunca por el exterminio físico de los rivales políticos, como sí hizo el brazo político de ETA, asesinando, hay que recordarlo, a 12 socialistas como Ernest Lluch, Fernando Buesa o Paco Tomás y Valiente, entre otros.

Durante su intervención en Palma, Sánchez hizo gala de su particular manera de presentar las cosas, vendiendo como logros lo que no son más que concesiones destinadas a garantizarse unos votos en el Congreso. Un ejemplo evidente es la cesión de competencias en materia de inmigración a la Generalitat de Cataluña, algo que jamás figuró en su programa electoral y que supone un desafío directo al principio de igualdad entre los territorios. Lo mismo ocurre con el reparto de menores inmigrantes de Canarias o el ‘cupo catalán’, una medida que rompe con la cohesión fiscal del país y que, de haberse planteado en la campaña, habría reducido drásticamente los 137 escaños obtenidos por el PSOE en las últimas elecciones.

MENTIRAS
Sánchez llegó al poder en 2018 prometiendo regeneración, pero ha hecho exactamente lo contrario. Si durante la campaña electoral de 2023 hubiera llevado en su programa los indultos a los líderes independentistas, la amnistía a los responsables del procés y la asimetría territorial que ahora pretende consolidar, su resultado electoral habría sido muy distinto.

Estamos ante un Gobierno débil y agónico que no es capaz ni siquiera de cumplir con su obligación constitucional de presentar un proyecto de ley de presupuestos generales del Estado y pretende sobrevivir hasta 2027 prorrogando las cuentas públicas de 2022.

CORRUPCIÓN
Mientras el PSOE sigue sosteniéndose en acuerdos con ERC, Junts y Bildu, los casos de corrupción acechan a la cúpula socialista y al propio entorno de Pedro Sánchez. Su hermano, David Sánchez; su mujer, Begoña Gómez; y su exministro de Transportes y número dos del partido, José Luis Ábalos, investigados por corrupción. Pero de nada de eso habló Sánchez en Palma, donde pretendió proyectar una imagen de solidez que no se corresponde con la realidad. Los socialistas gobiernan gracias a un equilibrio frágil y a una red de concesiones que cada vez resulta más difícil de sostener.

UNA FARSA
Sánchez pretende seguir en la Moncloa hasta 2027, aunque para ello tenga que seguir estirando al máximo la legislatura con los presupuestos de hace dos años. Sin embargo, la pregunta es hasta cuándo podrá mantener este castillo de naipes. La falta de apoyo popular, la creciente contestación social y los escándalos de corrupción son el principio del fin de su gobierno.

ARMENGOL
La continuidad de Francina Armengol al frente del PSIB y la presencia de Pedro Sánchez en su congreso de Palma, siendo como es el principal culpable de la derrota electoral de 2023, da idea de la parálisis, el inmovilismo y la nula capacidad de regeneración de los socialistas de Baleares, que amenazan con «luchar» cuando más parecen un zombi renqueante, incapaces de asearse mínimamente.