Hay momentos en los que de no ser por la gravedad del problema, a cualquier ciudadano le darían ganas de aparcar el tema y no seguir machacando con lo mismo a los sufridos lectores. Resulta fácil deducir que me estoy refiriendo a la problemática de la vivienda en Eivissa y Formentera.
El constante goteo de noticias que giran en torno a esta cuestión, hace muy difícil no tenerlo en mente a todas horas. Cualquier tema que a día de hoy se pueda plantear, se ve salpicado de forma directa o indirecta por las dificultades para encontrar una vivienda digna a un precio asequible y muy especialmente durante la temporada turística de verano, si bien la realidad es que ya ha dejado de ser un problema puntual de los meses estivales, para afectar a miles de personas durante todo el año.
La cuestión de la vivienda ya afecta a la sanidad, a la educación, a la seguridad pública, al transporte, a las empresas hoteleras, a los negocios de restauración y al comercio en general. Nadie escapa a que por falta de vivienda disponible a un precio asequible vea claramente mermada su actividad, sea esta la que sea. Y es por el cada vez mayor número de noticias relacionadas con esta problemática y el cansino mensaje que sigue saliendo de las bocas de los políticos, lamentándose todos ellos de la gravedad de la situación, que los ciudadanos ya empiezan a estar más que cansados del egoísmo de todos, los que gobiernan y los que están en la oposición. Y es normal que la gente esté agotada de declaraciones y anuncios que no hacen que la situación mejore en lo más mínimo.
Entre tanto, quienes tienen la sartén por el mango y por tanto la posibilidad real de actuar y tomar decisiones reales y efectivas, siguen haciendo cada uno la guerra por su lado y siguen mirándose el ombligo, en lugar de tratar la cuestión como el más grave problema que nos afecta a todos. Se trata de una cuestión de Estado, que debería tratarse como tal por unos y otros; por la derecha y por la izquierda, sentándose a trabajar realmente unidos para salvar la gravísima situación.
De sobras es conocido por todos, derecha e izquierda, que para atacar el problema en las Pitiusas al menos, hay que empezar necesariamente por combatir el alquiler turístico ilegal. Hace tan solo unos días que el ministro del Gobierno de España Pablo Bustinduy aportó datos verificados relativos al mercado del alquiler turístico ilegal. Solo en Eivissa se detectaron 1.500 viviendas que se anunciaban sin licencia para esa actividad. Con toda seguridad han de ser muchas más, ya que en muchos casos no se publicitan en plataformas o medios y también se dedican a esa actividad ilegal.
Paralelamente a ese estudio, se ha conocido otro dato que resulta relevante; más de dos millones de turistas se alojaron supuestamente en casas de amigos el pasado año 2024. Está claro que la práctica totalidad de esos más de dos millones de visitantes, se alojaron en la oferta pirata. Y qué hacen las administraciones, pues lo mismo de siempre: la guerra cada uno por su cuenta, sin tener en cuenta que la eficacia solo pasa por aplicar buenas propuestas de ambos bandos, en lugar de descartarlas solo por la procedencia política de las mismas.
Sin duda es urgente buscar formulas para conseguir que una mayoría al menos de toda esa oferta ilegal, se incorpore con unos precios asequibles al mercado de alquiler. Con ello realmente se estaría avanzando en la lucha para derrotar la especulación y la piratería inmobiliaria. No basta en ningún caso limitarse a dejar el tema solo en manos de organizaciones que gestionan el mercado desde el sector privado. Hay que intervenir desde la administración, hay que regular los alquileres especialmente en territorios limitados como son nuestras islas; del mismo modo que hay que ofrecer garantías a los propietarios de esas viviendas. Una cosa no supone excluir a la otra, ya que sin duda ambas son indispensables. En los dos casos la administración debe plantearse trabajar para los propietarios y para quienes buscan vivienda que alquilar.
Ahora ha descubierto el PP la clave para disponer de más viviendas, clave que parte de una propuesta de Vox que solo ve la solución en seguir construyendo desaforadamente. El Govern en boca de la presidenta Prohens propone crear más suelo urbanizable para facilitar la construcción de más viviendas. Esa es su nueva gran apuesta. Resulta curioso comprobar cómo se sigue actuando en función de cuál sea la posición que se ocupe en cada legislatura.
Recuerdo perfectamente allá por los años 2008 y 2009, siendo conseller d´Habitatge de un Govern socialista Jaume Carbonero, que se propuso la posibilidad de utilizar el suelo rústico de transición para la construcción de miles de viviendas a precio asequible. Ya entonces se vio la necesidad de tomar decisiones drásticas para combatir la problemática de vivienda, pero todo fueron críticas. En aquellos años todavía no existía lo del alquiler turístico ilegal, ahora el problema es mayor, pero se sabe perfectamente por dónde hay que empezar a atajarlo y solo falta que todos decidan hacerlo y lo hagan de una vez por todas
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