Imagen de recurso. | Parentingupstream from Pixabay

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Parece claro que con el paso de los años hay muchas cosas que van cambiando, unas para mejor y otras para peor. Hoy quiero hacer mención a lo que para mi supone un cambio nefasto en la forma de ejercer la representación sindical. Hace bastantes años y antes de iniciar mi trayectoria en política, en la empresa en la que trabajaba ejercía también como delegado sindical, por tanto es ese un mundo que conozco por haber estado directamente implicado.

Se supone que la función básica de los sindicatos es velar por los derechos de los trabajadores. En muchos casos se empezaba por defender algún caso de un afiliado del sindicato y cualquier mejora o progreso que afectara a la relación contractual del empleado con la empresa, ya fuera salarial o de derechos de convenio, acababa beneficiando al conjunto de trabajadores, fueran o no afiliados a un sindicato. Por lo tanto esa mejora de todo tipo de cuestiones que puedan afectar a los trabajadores, se supone que debe ser la labor principal de los sindicatos.

Pues bien, según se ha podido conocer esta misma semana, parece que actualmente algunos sindicatos, a los que más bien hay que denominar «agrupaciones corporativistas», están muy lejos de buscar un beneficio colectivo. Ello sin negar que hay determinados momentos en los que ejercer un corporativismo mesurado y equilibrado, sin duda puede favorecer a la hora de conseguir determinados beneficios que pudieran extenderse a más colectivos.

Lo ocurrido estos últimos días dista mucho de parecerse en lo más mínimo a luchar por un bien común y que favorece claramente a los intereses generales de los trabajadores independientemente de sus categorías laborales. Estaba prácticamente cerrado un acuerdo de los sindicatos mayoritarios entre el colectivo de empleados de la Administración Autonómica y el Govern Balear, sobre el incremento del plus de insularidad para «todos» ellos. Dicho acuerdo ha acabado estallando y saltando por los aires debido a un francamente asqueroso clasismo que rezuman tanto los tres sindicatos que se han opuesto al acuerdo (el médico Simebal, el de enfermería Satse y el de docencia Anpe), como el Govern Balear, que en el último momento se ha plegado al rechazo de una minoría de sus empleados, perjudicando claramente a la mayoría.

Pero es que el despreciable clasismo corporativo ejercido por los citados sindicatos, está claro que no lucha por la mejora de sus representados, ya que incluso estos se beneficiaban claramente del acuerdo que se había alcanzado con los sindicatos mayoritarios. Simebal, Satse y Anpe están luchando únicamente para perjudicar al resto de trabajadores que pertenecen según ellos a categorías inferiores. No se puede ser más clasista. Ellos mismos han manifestado que lo que exigen es que ese plus sea más alto para un médico, enfermera o docente, que para un simple administrativo o auxiliar. Deleznable y penoso argumento.

También hay que tener en cuenta que estos patéticos elitistas de la sanidad y la docencia, ya están cobrando algún plus que no cobran los demás, como es el de difícil o muy difícil cobertura; sin contar que su sueldo base ya es superior. Además no debemos olvidar que el de insularidad es un plus que compensa la carestía de la vida debida precisamente a esa insularidad y, dicha carestía es exactamente la misma para cualquier empleado público independientemente de su titulación académica. En el supermercado no hay precios para médicos o maestros, distintos a los que tiene que pagar un administrativo.

Por otro lado está el Govern Balear que avala y asume esos mismos postulados corporativistas, clasistas y elitistas que abanderan una minoría de sus empleados; menospreciando lo pactado y negociado con los representantes de la clara mayoría. Y siendo así y, siendo malpensado, es inevitable pensar que a un Govern en minoría, secuestrado por unos pocos diputados de la extrema derecha y que no ha sabido aprobar unos presupuestos para este año y se ve obligado a trabajar con los prorrogados de 2024, le va de maravilla no tener que asumir el incremento de los costes que suponía el acuerdo que prácticamente se había alcanzado. O es esto o es que el Govern de Marga Prohens está dispuesto a adelantar por la derecha a un partido de corte neofascista como es Vox.

En ningún caso estar secuestrado por una minoría puede hacer augurar nada bueno para la gran mayoría y ello pone a los pies de los caballos al conjunto de ciudadanos de nuestras islas, cuando vemos que hay quien está dispuesto a torpedear aquello que beneficia a todos, incluyendo sus representados; buscando que un plus en base a una insularidad que nos afecta a todos por igual y que no distingue de clases o categorías, beneficie más a unos pocos en detrimento de la mayoría.
Un sueldo de médico es mucho más alto que el de un auxiliar o administrativo. Los alquileres son los mismos para todos, no le cobran menos al que tiene una nómina más baja. Govern y sindicatos corporativos deben abandonar su deleznable actitud y dejar de atormentar y perjudicar a la sociedad de nuestras islas.