Se nos está llenando la isla de problemas de difícil solución y ante los que la clase política no va más allá de estúpidas reuniones cuyo único fin es que el ciudadano crea que hacen algo al respecto. Un buen ejemplo lo tenemos en cómo se está, dicen, gestionando el problema de los cada vez más numerosos asentamientos de caravanas y tiendas de campaña. Chabolismo en estado puro en la Ibiza Luxury Destination.
Nuestras autoridades se han reunido la friolera de dos veces en cinco meses para ver qué hacen con esta patata caliente. Fotos, comunicados, largos listados de asistentes con más largos cargos, lamentos… Aire. Podrían invitar a la oposición a ver si, con suerte y entre todos, hacen un cerebro en condiciones. Yo les sugiero que lean a quienes comentan las noticias que sobre este tema publica Periódico de Ibiza y Formentera. Encontrarán ahí más sentido común del que ellos gastan. Y gratis.
Si no son capaces de arreglar lo de los asentamientos, ¿cómo pensar que van a hacer algo con la vivienda? Y miren que también es fácil. Pero, como dice un amigo mío, todo parece una estrategia en la que no te permiten acceder a una casa en condiciones y te llenan esto de gente que piensa que vivir hacinada en infraviviendas es un lujo. ¿El objetivo? Ni idea.
Mucho lloriqueo, mucho deeply concerned, mucho «no podemos normalizar esto», pero la verdad es que no han puesto ni una solución sobre la mesa. Y, miren, ya no pueden culpar a los que gobernaban antes porque vamos camino de los dos años de legislatura/mandato con todas las administraciones del mismo color.
Los catalanes que tanto gustan en esta tierra tienen una expresión que nuestros políticos, si de verdad quieren arreglar el problema, deberían adoptar como lema: «Caixa o faixa». Es decir, tomar decisiones valientes sin importar el coste que tengan para uno mismo. Pero para eso hace falta arrojo y de eso aquí andamos escasos.
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