Unos sindicatos desfasados

La secretaria general de Comisiones Obreras en Ibiza y Formentera, Consuelo López, ha declarado en el programa BNP que en las Pitiusas hay «una clase empresarial un poco del medievo». Además, López también ha admitido que hay empresarios que hacen las cosas bien.
Me temo que fue la propia López la que hace unos años reconoció, también en el plató de BNP, que criticaban menos al Gobierno de Sánchez porque era afín políticamente. A pesar de las grandes subidas de precios registradas hace unos años los sindicatos nunca salieron a la calle, nunca protestaron, y hay que agradecerle a López que explicase los motivos de esta llamativa desmovilización: gobernaban los suyos.
Mucho me temo que los sindicatos siguen utilizando un lenguaje de trincheras que sintoniza con muy pocos ciudadanos. Imagino que López, como máxima dirigente de uno de los grandes sindicatos españoles, conocerá un poco la historia económica de la Edad Media para hacer tal afirmación en un plató de televisión. Es mucho imaginar, sin duda.
Pero vamos por partes. López dice que hay falta de viviendas en Ibiza, lo cual es realmente algo obvio y que no aporta nada. Hubiese sido más adecuado que durante los ocho años que los sindicatos callaron en las Pitiusas porque gobernaban «los suyos» hubiesen sido algo más reivindicativos. Porque en estos ocho años se hizo muy poco en materia de vivienda, ni en construcción ni tampoco en tomar medidas para incentivar los alquileres para aumentar la oferta y rebajar los precios. Más allá de presentar muchas veces el mismo proyecto y hacerse fotos, los dirigentes políticos tan afines a la líder de Comisiones Obreras hicieron muy poco y las pocas viviendas que se entregaron estaban en unas condiciones deplorables.
También se queja López de que se haya aumentado la edad de jubilación en España. Dice que, gobierne quien gobierne, hay que hacer que la gente trabaje hasta que se muera. Para no citar a sus partidos afines ideológicamente, López incluye a todas las formaciones políticas en estos incrementos de la edad de jubilación, pero la realidad es que la nueva regulación ha sido aprobada con Sumar y PSOE en el Gobierno, no por PP o Vox. Tiene toda la razón del mundo la dirigente de Comisiones en sus quejas sobre el aumento de la edad de jubilación, pero se echa en falta un poquito más de contundencia en las reivindicaciones. No sé, alguna manifestación en el centro de Ibiza, más o menos lo que hubiesen hecho si la medida se aplicase con el PP en el Gobierno.
No quiero desmerecer el papel de los sindicatos, ni me atrevería a decir que no son necesarios, y tampoco justifico a aquellos empresarios sin escrúpulos que no cumplen con la ley o que abusan de sus empleados, que los hay, pero existe un sentimiento generalizado de que las centrales sindicales están desfasadas, que tienen dirigentes poco preparados, y que siguen utilizando un vocabulario de hace 30 años que no conecta con la actual realidad socioeconómica. Por no hablar de aquellos liberados sindicales de las administraciones cuya función muy pocos conocen. Si se analizase caso por caso mucho me temo que nos llevaríamos algunas sorpresas y dejarían en muy mal lugar a los líderes sindicales que lo permiten e incluso lo alientan.
Es una evidencia de que los sindicatos españoles deben modernizarse, aprender de otros países europeos, y sobre todo no posicionarse políticamente porque esto les resta mucha credibilidad. No es posible que se manifiesten cuando la luz sube un 5 por ciento con un Gobierno del PP y, en cambio, se queden tranquilamente en sus despachos cuando los precios eléctricos se duplican con un Ejecutivo de Sánchez. Ser afines ideológicamente no lo justifica todo porque López y otros dirigentes sindicales no deberían olvidar que no todos los trabajadores votan a PSOE y Sumar, que también eligen otras opciones políticas que no son de izquierdas, como lo demuestran las últimas elecciones que ha habido en las Pitiusas.
Hace tiempo que muchas voces autorizadas advierten que los sindicatos están desfasados, pero sus dirigentes siguen erre que erre con un argumentario del siglo pasado que no aporta nada en los debates sociales y económicos. Cuanto más tiempo tarden en modernizarse, peor para los trabajadores que siguen confiando en los sindicatos para solventar sus problemas laborales. De momento siguen estancados en el siglo XX.