Los efectos devastadores de la última DANA han conmocionado a toda nuestra sociedad. El número de fallecidos sobrepasa ya los dos centenares, los servicios de emergencias continúan tratando de localizar a las personas desaparecidas y continúan las operaciones de rescate. Ante esta situación queremos expresar nuestro máximo apoyo solidario a las familias de las víctimas del desastre climático ocurrido en la Comunidad de Valencia, Castilla La Mancha, Murcia y Andalucía.
Las imágenes que llegan desde los territorios afectados son desgarradoras. Al verlas, no podemos evitar sentir un profundo sentimiento de tristeza, vergüenza y rabia. Tristeza por las pérdidas humanas y materiales que se podrían haber evitado, rabia y vergüenza por la negligencia y complicidad de los responsables políticos y empresariales. Responsables políticos que no sólo gestionaron de manera nefasta la emergencia retrasando las alertas y la movilización de los servicios de emergencia, sino que desmantelaron los servicios públicos de prevención y emergencia. Responsables empresariales por anteponer el beneficio económico a las vidas humanas obligando a ir a trabajar a sus empleados en medio de la catástrofe.
La dura realidad es esta: la tragedia era evitable, mitigable y prevenible. Evitable si las administraciones públicas hubiesen escuchado las advertencias de los expertos y la sociedad climática sobre los efectos de la crisis climática. Creemos que los partidos políticos deben tomar responsabilidades y pedir disculpas públicas a todas esas personas que están siendo juzgadas por avisar justamente de esto que ahora estamos viviendo nosotros en carne y hueso. El desastre se ha desatado en la Comunidad Valenciana, a solamente 90 km de las Islas Baleares y lo peor de todo es que aún habrá personas irresponsables que lo tilden como algo puntual y aislado. Dirán que siempre ha habido gotas frías (o DANAS como se conocen ahora). Omiten sin embargo que la frecuencia e intensidad de estas está aumentando exponencialmente. No es casualidad que esta sea la peor DANA del siglo. Siguen negándose a llamarlo por su nombre: Emergencia climática.
Los activistas climáticos y los científicos, los mismos que ahora se enfrentan a penas de cárcel por intentar proteger la vida, llevan décadas advirtiendo de que esto es un desenlace posible en nuestra tierra y se lleva el mismo tiempo desoyendo e ignorando todas las propuestas que se han hecho para mitigar y ahora que ya lo tenemos presente se sigue desoyendo e ignorando todas las propuestas para adaptarnos a una realidad, o como dice Antonio Turiel, a la nueva normalidad. La de estos días era, por tanto, también unacatástrofe mitigable si los gobiernos hubiesen apostado por destinar recursos a la mitigación y la adaptación a las consecuencias de la emergencia climática. Porque esto no ha sido algo pasajero, esto ha sido el comienzo de cómo serán nuestros ciclos ahora en adelante.
Se darán de la mano olas de extremo calor y sequías con DANAs e inundaciones. Sin embargo, gobiernos del PP y PSOE continúan desoyendo y criminalizando a los expertos que señalan la única línea de actuación coherente: priorizar la vida por encima del capital. Pero el gobierno de España sigue subvencionando los combustibles fósiles, permitiendo el uso indiscriminado de jets privados y megayates, sigue apostando por el crecimiento, por el feroz capitalismo y por la desigualdad en el reparto de recursos.
En nuestras islas el gobierno del Partido Popular., sostenido con los votos de los negacionistas del cambio climático, han desmantelado la Conselleria de Medio Ambiente y siguen negando la evidencia de que los eventos extremos como las DANAs sean fruto del Cambio Climático provocado por la mano del ser humano. Y mientras observamos horrorizados las imágenes de las riadas en Valencia arrastrando coches y puentes, asolando pueblos enteros, el gobierno de Prohens aprueba construir viviendas en zonasinundables.
Por último, la catástrofe era prevenible. Primero porque no sólo no se establecieron los mecanismos de prevención y actuación adecuados sino que se desmantelaron los servicios de emergencias valencianos como peaje a Vox. Pero también porque fallaron todas las medidas de prevención, se desoyeron las alertas de la AEMET, se animó a los trabajadores a acudir a sus puestos, no se cerraron colegios ni se evacuaron residencias, no se solicitó hasta horas más tarde la presencia de la UME. Todo ello es responsabilidad de quienes siguen sin tomarse en serio las consecuencias de una emergencia que amenaza a toda la humanidad.
Hoy lloramos a las víctimas de una tragedia evitable, mitigable y prevenible. Pero a las víctimas se las honra con hechos, con políticas valientes que nos conduzcan a una descarbonización real, a una justicia climática real, a la posibilidad de seguir viviendo en unas islas amables y seguras ante las inclemencias de la naturaleza. Tras las condolencias tendrán que venir las responsabilidades. Porque a las víctimas se las honra actuando con valentía ante la masificación turística, ante la emergencia habitacional y ante las injusticias.
Se les honra poniendo la emergencia climática en el centro de cualquier actuación política.
NO solo con minutos de silencio cuando ya era demasiado tarde.
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