La diputada socialista por Ibiza Irantzu Fernández realizó en el pleno del pasado martes una pregunta sobre la sanidad en las Pitiusas. No es la primera que hace, en un repentino interés por la sanidad de Ibiza y Formentera, una pregunta en el pleno de la Cámara balear. Fernández denunciaba que las listas de espera no mejoraban, que eran un desastre por culpa de una mala gestión del actual Govern, pero lo más llamativo fue cuando dijo que el pueblo ibicenco estaba harto de la actual situación, de las deficiencias sanitaria que hay en la actualidad.
Realmente es sorprendente cómo la diputada socialista y su partido en general han tomado conciencia de los problemas reales de la sanidad pitiusa después de tapar, ocultar, negar y desmentir todas las denuncias que se realizaron durante meses.
Los que vivimos las protestas bastante numerosas de los usuarios de la sanidad confirmamos la nula empatía de los dirigentes socialistas hacia los enfermos y sus familiares. Ni uno de ellos se apuntó a las protestas convocadas en Can Misses por la falta de médicos y por el desmantelamiento del departamento de oncología. Ni uno de ellos escribió ni un tuit de apoyo, si bien cuando se produjo el cambio gobierno dos destacados dirigentes socialistas se sumaron con rapidez a asociaciones del cáncer para, imagino, recomponer puentes con los enfermos y familias.
Recordemos todos los intentos de la entonces consellera de Salut por evitar las protestas contra su gestión. Le importaba más la foto de las manifestaciones a escasas semanas de las elecciones que solventar un problema que por incapacidad, desgaste en la gestión o por ambas cosas a la vez se le había ido de las manos. Por cierto, Patricia Gómez se atrevió también hace unas semanas a criticar la situación actual de la sanidad pitiusa.
Que la sanidad ibicenca no es de sobresaliente lo sabe todo el mundo, pero que ha mejorado de forma notable desde que se decidió aumentar el sueldo a los médicos para evitar que se marchasen a otros destinos.
Imagino que reducir las listas de espera no se hace de la noche a la mañana, pero los cambios han ido a mejor con una gestión con menos fotografías y con más sentido común. Les puedo asegurar que si durante los próximos tres años se convocan protestas contra la sanidad pitiusa todos aquellos que callaron ante los problemas del departamento de oncología saldrán a la calle indignados con la «insensibilidad» del actual Govern, que a diferencia del anterior no se preocupa por las personas y que quiere desmantelar la sanidad pública para beneficiar a la privada, otro mantra ideológico que, además de ser falso, repiten y repiten creyendo que los ciudadanos son tontos.
Hará falta mucho tiempo para que los que callaron durante años con el desmantelamiento de la sanidad pitiusa, en este caso real, puedan alzar la voz y denunciar la actual gestión. Eso no quita que los actuales responsables deben esforzarse aún más para reducir las listas de espera y completar las plantillas sanitarias, pero la diferencia en la gestión, y sobre todo en empatía, es abismal. Esto no va de derechas ni de izquierdas. Va de sentido común.