Relaxation. Cute blonde woman practising yoga outside and looking relaxed

Son dos vocablos muchas veces irreconciliables. Muchos vuelven de las vacaciones más cansados de los que se fueron, con lo cual aumentan su frustración, por no haber conseguido el idealizado reset.

Todos pagamos el peaje emocional de las vacaciones: preparativos y presiones pueden hacer colapsar a cualquiera. No esperen mucho de las vacaciones ya que nunca consiguen eliminar totalmente la carga ‘alostatica’ acumulada por los estresores psicosociales que afrontamos, a los que hay que añadir el estrés vacacional. Según un famoso gurú o coach experto en el diseño vacacional las estrategias más inteligentes para unas vacaciones buenas serian acumular experiencias ‘S’: serenidad, silencio, sabiduría o, por lo menos, mal yogurt, sabor, sexo, sueño u sonrisa que aumentan la idolatrada serotonina. Y gestionar mejor las conductas ‘R’: resentimiento, rabia, rencor, reproche, resistencias, represión que facilitan la secreción del maldito cortisol, hormona corrosiva para las células, que aumenta el envejecimiento y lo que es peor: te amarga la vida de tal forma que sin saberlo te conviertes en un muerto en vida.

La atención es el santo grial. Todo de lo cual somos conscientes, todo lo que aprendemos, todo lo que recordamos y olvidamos, depende de ella. Y, por favor, absténganse de libros de autoayuda, llenos de buen rollito y de mantras de autoindulgencia y autojaboneo. La introspección blanda y light solo lleva a aumentar nuestro egoísmo exclusivo y a seguir considerándonos el centro de la galaxia. Renuncie al mamoneo, el pezón a su edad, pequeño bulímico glotón, no es para mamar leche. Obsérvelo en su vuelo al cielo, escálelo una y otra vez y escuche la melodía. No hay tecnología más perfecta que la piel humana, es la puerta de entrada a la música límbica. Dedíquese a observar los ombligos circundantes. Usted no es el único y su ombligo se puede clonar.

En el fondo, se trata de no perder nunca el auténtico objetivo: construir nuestras vidas intentando que siempre haya alguien que nos pueda soportar ya que somos incapaces de soportarnos nosotros mismos. Recordemos siempre que humillar a alguien es una forma maligna de okupar y seguir okupando un lugar en la mente de alguien y de seguir ejerciendo el sadomasoquismo social. Ni se le ocurra conectar con las televisiones y mucho menos con sus noticias y deje de practicar el masoquismo oyendo a los seudoexpertos tertulianos que no paran de intoxicarnos con sus opiniones pagadas a precio de oro.

El biotipo humano lo que menos necesita es cremita e indulgencias: eso ya lo hace la naturaleza por nosotros. Salmos penitenciales, retiro en el monasterio de Lluch, realice el caminito del Rocío a 40 grados andaluces, el camino de Santiago pero sin llegar nunca alObradoiro, desvíese a Laxe y deguste una buena comida en Mar Adentro después de pasear por su magnífica playa, aumente su espiritualidad en la comarca turolense del Matarraña, cómprese un cilicio que aumenta la conexión cuerpo-mente. Realice ayuno ayurvédico, mola más que el intermitente y farda más. Y lea, por favor lea, a moralistas franceses, poetas barrocos, tratadistas de ascética: hay mucha literatura válida. Les recomiendo un libro de anti-ayuda: Así es la puta vida de Jordi Wild. Ah y recupere fuerzas porque le espera el síndrome postvacacional, por lo que es muy recomendable sobrevivir a la operación retorno. Y recuerde: aún aquí y ahora que estamos en derrota pero nunca en doma.