Exterior del Consell de Formentera. | Moisés Copa

Lo del Consell de Formentera es de traca. Lo que hemos visto en los últimos meses es una auténtica pesadilla para los ciudadanos que hace un año confiaron en unos políticos que han demostrado ser unos incapaces.

Todo parece indicar que, en las próximas fechas, el pacto entre GxF, PSOE y Compromís hará realidad la moción de censura que acabe con la expulsión de Córdoba de la presidencia. Si la moción sale adelante, Alejandra Ferrer volverá a ocupar la butaca de presidencia y las consellerias serán repartidas entre insularistas, socialistas y solo algunos de los miembros de la lista de Sa Unió. O sea, el nuevo gobierno será justo lo contrario de lo que los ciudadanos expresaron en las urnas.

Y a partir de ahí, ¿cómo encajará el nuevo tripartito? Teniendo en cuenta que el pacto GxF-PSOE de la pasada legislatura acabó con las costuras muy rotas y añadiendo la nula capacidad negociadora que han demostrado los de Sa Unió se antoja una empresa difícil para la que habrá que tener mucha mano izquierda y generosidad.

Los ciudadanos que viven al margen del día a día de los tejemanejes de nuestros gobernantes no se explican cómo hemos llegado a esta situación ridícula y esperpéntica en la que además van a acabar mandando los que perdieron las elecciones.

Estamos en plena temporada turística y la institución lleva colapsada desde diciembre. Los formenterenses se sienten engañados por aquellos a los que escogieron en las urnas y que, en lugar de ponerse a trabajar por el bien común, han estado hablando de sobresueldos, grabaciones, filtraciones, denuncias, dimisiones, expulsiones. No hay una varita mágica que resuelva esta retorcida situación de un plumazo, por lo que los implicados deberán tener una altura de miras que hasta ahora no ha existido. ¡Suerte!