La vergonzosa reforma del delito de malversación permite robar más sin tener que rendir tantas cuentas, según se lucren los hunos o los otros, los propios de la tribu del carné o terceros escogidos. Define perfectamente a su impulsor y sorprendió mucho en su momento, como diluyente de la ya escasa responsabilidad, pero por allí resoplaba la ballena de la corrupción que quiere irse de rositas socialistas. Y qué decir de la ordenada ausencia de mínimo control en tantos contratos-estafas a dedo durante la pandemia, verdadera plandemia para criminales de altos vuelos, falcon a la vista, que con nula estética saquean las arcas públicas llenas de esfuerzo privado, «ese dinero público que no es de nadie».
Opinión
Algo sabían
También en Opinión
- Un mallorquín estalla por una multa tras aparcar su moto en la zona azul de Ibiza: «Es una atrocidad»
- Los médicos apoyan el ‘multazo’ de 300.000 euros por el acto negacionista de Miguel Bosé y Josep Pàmies
- Un ibicenco encuentra el amor en First Dates
- «Ibiza se nos ha ido de las manos»
- Siete de cada diez urgencias atendidas en Can Misses podrían haber sido atendidas en Atención Primaria
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.