El PSOE de Ibiza se apresuró a denunciar ante la Oficina Anticorrupción de Baleares, bajo su absoluto control desde el momento mismo de su nacimiento, un presunto caso de corrupción en la contratación por procedimiento de emergencia del vídeo promocional ‘La vida islados'. Se trató de una burda maniobra para erosionar la imagen y el prestigio de su principal rival político, Vicent Marí. La estrategia de difamar a un candidato imbatible, acusándole de corrupción, es más vieja que la tana. Se trata de la peor política, la más mezquina y rastrera. Cuando no se es capaz de ofrecer una propuesta seria, creíble, honesta y coherente a los votantes, se opta por ensuciar el buen nombre del contrincante y calumniar, que algo siempre queda. A esto se ha dedicado la FSE-PSOE en el caso que nos ocupa.
Pero mira tú por dónde que acabamos de descubrir que la Audiencia Nacional y la Fiscalía Anticorrupción investigan a una empresa que facturó más de 50 millones de euros en 2020, cuando había estado prácticamente inactiva los años anteriores, trayendo material sanitario de China, con el que proteger a los sanitarios durante la pandemia por la Covid-19. El Govern de Francina Armengol pagó 3,7 millones a esta empresa que llevaba un estrecho colaborador del entonces ministro de Transportes y número dos del PSOE, José Luis Ábalos. Las mascarillas que trajo no eran las acordadas, sino unas más baratas y peores, pese a lo cual el Govern no hizo nada durante dos años y nueve meses. Luego envió una carta a la sede de la empresa en Zaragoza y punto final. Hasta que el día antes de dejar las instituciones, el mismo día que Marga Prohens era investida presidenta del Govern, un alto cargo socialista firmó la propuesta de resolución del contrato con los estafadores. Estoy deseando oír a ‘Agustinet' defender al PSIB. Será más divertido que el spot de ‘La vida islados'.
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
El autor parece tener una memoria muy selectiva. Poner el grito en el cielo por la corrupción política sacude al otro color cuando en el propio abundan los casos no es periodismo, sino propaganda.