El número de visitantes de un solo día en Formentera ha crecido este año entre julio y septiembre en más de 50.000 personas (22,45%), llegando hasta las 272.123 almas que han venido a la isla en los meses de temporada alta y no han pernoctado en ella.

Por otra parte y siempre según los datos recién publicados por el Ibestat, en el mismo período Formentera ha perdido 18.000 visitantes (-8,44%) en establecimientos hoteleros.

También ha caído el gasto turístico en el tercer trimestre en Formentera en un 3,58%, perdiendo 9 millones de euros de ingresos, respecto a 2022.

Para ver el dibujo completo de la temporada alta en la isla, faltaría ver los números de los alquileres vacacionales, un dato que desconocemos, pero el Consell cifró a principios de temporada en un 35% la reducción de las reservas en este sector, aunque muchas voces de la isla, discrepaban del dato.

En cualquier caso, está claro que el tipo de turista está cambiando año tras año. El tan cacareado model d’illa de Gent per Formentera ha acabado siendo una hoja de ruta sin aplicación por falta de credibilidad e implicación de los sectores que debían haber intervenido y todo el mundo va por libre sin objetivos comunes

Formentera se está convirtiendo en un parque temático para turistas de alto poder adquisitivo y eso está dejando a un lado al turismo familiar que durante décadas ha sido el maná de la isla. Muchos negocios tradicionales han sido absorbidos por grandes capitales que necesitan altas y rápidas facturaciones y otros se han dejado deslumbrar por ese nuevo estilo glamuroso y de alto copete, que promete cajas rebosantes. Esta nueva realidad precisa de mucho personal cualificado que no puede llegar a la isla porque no tiene donde vivir, así que vamos a ver en que acaba todo este remolino.