Iago Negueruela. | Archivo

La frase no es mía. La pronunció el socialista Iago Negueruela este martes en el Parlament para recriminar al PP sus acuerdos con Vox. Obviamente, más de uno no pudo contener la carcajada ante una afirmación que hoy solo puede aplicarse al PSOE, a Pedro Sánchez, a Francina Armengol y, por su puesto, a Negueruela. Todos ellos han dejado la dignidad a un lado (suponiendo que la tengan) para poder mantenerse en el poder y, si hace falta, trocearán España en mil pedazos con tal de que Mr. Handsome pueda seguir residiendo en La Moncloa.

Tiene guasa la sentencia de Negueruela cuando se es consciente de lo que están haciendo Sánchez y compañía al rendirse ante un supremacista como Carles Puigdemont, quien, muy probablemente, se lo está pasando teta en Waterloo viendo cómo, por fin, España entra en un periodo de inestabilidad institucional de consecuencias imprevisibles. Si en 2017 la culpa de que hubiera tantos independentistas era de Rajoy, ¿quién es hoy el responsable de que Madrid y otras ciudades estén a punto de convertirse en la Barcelona en llamas de 2019?

En el caso del aspirante a ministro, el cinismo va más allá de lo aceptable. Negueruela y el PSIB llevan semanas calentando el ambiente para justificar después echarse a la calle con la excusa de la defensa de la imposición del catalán. Que recrimine a Patricia de las Heras (Vox) manifestarse ante la sede del PSOE en Ibiza es de traca. «Els carrers seran sempre nostres», decían las juventudes del Movimiento procesista. Y Negueruela parece creer lo mismo. Efectivamente, no todo vale para mantener el poder. Pero ante la posibilidad de que nuestro país se vaya al garete, hay que hacer lo que sea, cada uno desde su parcela, para evitarlo. Por cierto, que alguien le diga a este hombre que deje de torturar el catalán.