Un payés pidió amablemente a una casa vecina que bajasen la música. Como no le hicieron ni caso y tampoco servían las llamadas a la policía, blandió un hacha y regresó para acabar con el estruendo electrónico. Cortó los cables de la luz y sembró el pánico entre unas criaturas alucinadas que pensaron haber entrado en una pesadilla de Fredy Kruger.
Justicia payesa
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La única forma que existe ahora de darse a entender, es ensenar educación garrotazos. Justicia