E l Consell y los ayuntamientos han acordado crear un censo de los solares disponibles para construir vivienda con el fin de conocer cuál es la situación real de Ibiza en este sentido. Quieren, además, ser ellos los que controlen desde la isla las posibles soluciones al cada vez más grave problema de la falta de pisos para residentes y trabajadores que vienen a hacer la temporada. Apuestan, además, por el control estricto del alquiler turístico ilegal. No son malas medidas pero es evidente que no servirán de gran cosa en la situación en la que nos encontramos.

Solo los más afortunados pueden hoy en Ibiza encontrar una vivienda a su gusto. Los que vienen a trabajar de temporada se hacinan muchos de ellos en pisos patera. Los que vivimos aquí habitualmente hemos de darnos con un canto en los dientes y conformarnos con lo que ya tenemos. Si necesitamos más o menos espacio, si nos divorciamos, si tenemos más hijos, si nuestra situación económica cambia a peor… no hay alternativas.

La vivienda protegida es una opción, claro que sí. Pero no todos cumplimos los criterios establecidos para acceder a ella. Y, en el caso de Ibiza, la Administración ha ido más allá de la racanería pues no conviene olvidar que el Ibavi solo ha entregado las llaves de 87 pisos en casi una década. Y antes tampoco es que fueran precisamente rumbosos, la verdad.

Los comentaristas de este periódico, cada vez que sale una noticia relacionada con la vivienda, aportan sus ideas y muchas de ellas no son descabelladas. Pero para su aplicación hacen falta políticos valientes y convencidos de que esto tiene que cambiar. Quizás les iría bien salir a la calle y preguntar a los ciudadanos cómo resolver un problema que nos atañe a todos. Seguro que algo aprenderían. Como mínimo, que hay vida más allá de quienes hasta ahora han marcado la pauta a seguir.