Llorenç Córdoba, durante su visita al BNP. | Daniel Espinosa

La semana pasada visitó el programa de la TEF TV, Bona Nit Pitiüses el presidente electo al Consell de Formentera y también diputado de la isla en el Parlament, Llorenç Córdoba.

El nuevo jefe del ejecutivo insular se mostró mucho más seguro, templado y tranquilo que en apariciones públicas anteriores. Es la calma que debe otorgar haber crecido en un 40% en votos con respecto a las elecciones de 2019.

Lo del presidente tranquilo fue acuñado en la segunda parte del programa por parte de los tertulianos que a falta de representantes de los partidos perdedores (GxF y PSOE) que decidieron no acudir al programa, fueron un sindicalista, un periodista, una activista cultural y uno de los próximos vicepresidentes insulares, por parte de Sa Unió.

De hecho, toda la campaña de Córdoba ha sido la de un hombre tranquilo. Sin grandes alharacas, sin aspavientos, ni subidas de tono, Córdoba ha ido exponiendo su programa y parece que no le ha ido mal evitando la crispación.

Por lo que respecta a sus rivales, aunque quisieran aparentar calma, la tensión vivida durante toda la legislatura entre los miembros del equipo de gobierno se respiraba por todas partes. Como dijo acertadamente el amigo Villagrasa en el BNP: «Este ha sido un gobierno de compartimentos estancos sin vasos comunicantes y que en el último annus horribilis ha tomado una serie de decisiones que no han gustado a los ciudadanos».

Tranquilidad a toneladas es lo que va a necesitar el presidente tranquilo para revertir el descontento de los usuarios de s'Estany, de los que se han enfadado por la gestión de los quioscos, de aquellos que se han visto perjudicados por las políticas prepotentes del tú sí y tú no y muchos más que en breve empezaran a calificar las acciones del nuevo gobierno.