El candidato de la moción de censura, el profesor y economista Ramón Tamames durante el debate en el Congreso. | Alejandro Martínez Vélez - Europa Press
Por lo que he visto de la moción de censura, inacabada cuando escribo, a Ramón Tamames se le entiende infinitamente mejor que al presi Sánchez. La táctica de Sánchez es la diarrea verbal. Cree que hablando sin parar y sin sentido puede matar al joven Tamames, hipnotizarlo con su voz de predicador, seducirlo con sus mentiras. Si Fidel Castro podía hablar durante cinco horas, el presi trata de dormir a las ovejas celtibéricas, a los diputados y próximos imputados, con una serie de repetitivas memeces propagandísticas, suelta su tocho preparado de antemano para dar una réplica que nada tiene de respuesta y todo de soporífero mitin. Obvia algo tan importante en un debate como es responder a las cuestiones que se plantean. La cuestión es irse por las nubes del cambio climático y hacerse autobombo.
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