Los socialistas ibicencos no ganan para disgustos. La ola nacional navega en su contra, fiscalía investigará a Vicent Torres por el fiasco ilegal de Amadiba, Agustinet deambula por Palma como Paco Martínez Soria, las encuestas les dejan sin posibilidades y sus socios les tienen presos del esperpento.
Su némesis, Mariano Juan, les ha dejado ahora sin margen para hacer campaña. Primero acabó con las vallas publicitarias ilegales, después creó un departamento contra el intrusismo, inició los trámites para limitar la entrada de vehículos y ahora ha elaborado un PTI que elimina la presión turística y frena la especulación en el campo.
La izquierda históricamente ha evitado el consenso en materia de urbanismo. Navidad y lo peor del confinamiento fueron los momentos que Armengol juzgó idóneos para firmar dos decretazos urbanísticos, mientras que Vicent Torres se apresuraba para modificar el PTI a 10 días de las elecciones con más de dos mil alegaciones y ningún apoyo.
Este lunes conocíamos una fotografía histórica que parecía imposible: ecologistas, propietarios, arquitectos y payeses celebrando la modificación del PTI que dispondrá un régimen de segregaciones más sensato, eliminará más de 11.000 viviendas en suelo rústico del mercado turístico, facilitará la creación de nuevos aparcamientos públicos, mejorará las condiciones para la producción y transformación de su producto a agricultores, ganaderos y artesanos, así como supondrá importantes avances en cuanto a eficiencia energética.
Sin el apocalipsis que anunciaron, la izquierda se queda sin combustible para reiterar el manido argumento del cemento y la especulación. Un vídeo no le servirá a ‘Agustinet' para encaramarse a la quinta planta del Consell d'Eivissa, deberá ofrecer algo más que su desgaste.
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