Existen dos grandes corrientes humanísticas que analizan las emociones. Por un lado, están aquellos que defienden que una emoción no existe sino se puede identificar y por otro lado, los que defienden que las emociones existen con independencia de poder definirlas. Aún así, la identificación de los sentimientos es la base de la gestión emocional.
El Proyecto Positive Lexicography, desarrollado por Tim Lomas de la Universidad de East London, tiene como finalidad buscar en diferentes culturas y lenguas palabras únicas, que solo existan en ese idioma, que definan momentos de bienestar y a la vez enriquecer nuestro vocabulario emocional. Se han recopilado más de 1000 términos en un centenar de idiomas, actualmente continúan incorporando vocablos al diccionario de la felicidad.
Veamos alguna selección de palabras:
GIGIL (Talago): el irresistible deseo de apretar, morder o estrujar a alguien amado o apreciado.
KAPSOURA (Griego): pasión intensa; los sentimientos románticos al comienzo de una relación.
TARAB (Árabe): estado de éxtasis o encantamiento producido por la música.
QUEESTING (Holandés): charla distraída que se mantiene en la cama con la pareja después de hacer el amor.
CAFUNÉ (Portugués): acariciar el pelo a la otra persona mientras hablas con ella.
PHILOTIMO (Griego): amor y respeto hacia los propios amigos.
NAZ (Urdu): seguridad y orgullo que se siente al saber que el amor de la otra persona es incondicional e inquebrantable.
DUŠA (Ruso): el corazón y el alma interior de una persona.
NAKAMA (Japonés): el sentimiento de amistad intensa y considerar a los amigos como familia.
BOH (Italiano): expresión que define desconocimiento sobre algún hecho, situación o asunto.
HIếU (Vietnamita): la Piedad filial, respeto, reverencia por los mayores.
YUAN BEI (Chino): el sentimiento de completa y perfecta satisfacción.
IKTSUARPOK (Inuit): el sentimiento de angustia al esperar a alguien que está por llegar.
DADIRRI (Aborigen australiano): acto espiritual profundo de reflexión y escucha respetuosa.
SUKHA (Sánskrito): verdadera felicidad duradera, independientemente de las circunstancias.
ORENDA (Hurón): voluntad humana para cambiar el mundo frente a fuerzas poderosas como el destino.
KILIG (Tagalo): hormigueo, mariposas en el estómago que se siente cuando hablas o te relacionas de forma romántica.
SENY (Catalán): el saber estar, la cordura, la sensatez, equilibrio, conciencia e integridad.
GADUGI (Cherokee): Trabajo cooperativo, trabajando juntos por el bien común.
MORRIÑA (Gallego): anhelo nostálgico, recuerdo de lugares y/o personas queridas.
ESTRENAR (Castellano): sensación de placer que se obtiene al utilizar algo por primera vez.
La competencia emocional se inicia con la identificación del sentimiento, poner nombre a nuestro estado es el primer paso para poder gestionar y controlar la emoción. La definición emocional nos ayuda a manejar nuestros comportamientos evitando que estos nos descontrolen y desproporcionen.
ivancastroconsulta@gmail.com
3 comentarios
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... Tagalo, no talago...
En nuestro afán por identificar, etiquetar y definir emociones, tal vez como consecuencia de nuestra acelerada evolución tecnológica, que nos aleja cada vez más de la intuición, el instinto que nos permite la empatía instantánea, se nos escapa a veces que las palabras, como ondas, vibraciones, pasan, en su necesidad reinterpretativa, por el filtro de la razón, a diferencia de nuestro ADN, que según los estudios del investigador P. Gariaev,fundador de la genética cuántica, que tradujo en frecuencias audibles (música en definitiva) el texto inscrito en el genoma, que se articula de forma parecida a las lenguas humanas y que tal vez se corresponda con nuestra verdadera voz interior...Así la genuina "inteligencia" emocional se basaría, tal vez, en la simple apreciación de la armonía o de su ausencia, y de las resonancias afines, lo cual hoy en día es cada vez más difícil, entre tanta confusión.
Interesante...y mu bueno.. CUANDO MAS APRENDES MAS ARTE TENDRÁS.