Cada vez que atisbo una de esas cárceles flotantes todo incluido que denominan cruceros, cambio inmediatamente el rumbo: el centro de las ciudades se abarrota de turistas con chanclas y su estela atrae un banco de tiburones carroñeros. Y ahora me entero de que contaminan más que todos los automóviles de Ibiza juntos. Entre sus cócteles azucarados, comida de rancho de hospital, animadores de estridente voz nasal con megáfono de insultantes decibelios, actividades sociales para conjurar el aburrimiento, etcétera, parecen uno de los círculos dantescos donde cualquier marino auténtico pierde toda esperanza.
Los indígenas de muchos puertos que los han acogido reniegan de ellos, y parece que los únicos que están contentos son los vendedores de souvenir o alguna cadena globalizada de hamburguesas. El problema es que se hipotecan con unos contratos y construcción de diques que les obligan a aceptar tales ciudades flotantes durante largas décadas. Tal es el dilema de Venecia, que ya tiene un superávit turístico como para encima atiborrarse con los miles de personas que les visitan durante unas horas. Y qué decir de La Habana, donde hasta las elegantes jineteras escapan de la súbita marabunta que invade el Malecón o la Plaza de Armas por unas horas de frenesí transeúnte.
Opinión/Jorge Montojo
La condena crucerista
09/06/19 4:01
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2 comentarios
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y pensar que quieren prohibir los coches diésel como el mio y dejar que sigan viniendo estos mastodontes, que contaminan tanto como todos los vehículos de Ibiza juntos
O no has estado nunca en un crucero o no supiste como hacerlo, los cruceros no son el problema el problema reside en la permisividad de Ayuntamientos y Autoridades que no hacen nada y lo peor es que no saben como hacerlo, ningún tipo de información para ayudar a que no se formen aglomeraciones, para que haya mas limpieza, mejores comunicaciones con los puertos, fijar un número determinado en cada sitio y lugar, pero no ala, que cada una haga lo que le da la gana y cuantos más posibles para "enmerdar" mas el asunto si cabe