Los militantes del PP, los de Ibiza y los de Palma, son como aquellos aficionados al fútbol que siempre aciertan las quinielas, pero el lunes, después de los partidos. Todos sabían que la deriva de Pablo Casado hacia la derecha conducía hacia el fracaso, pero nadie dijo nada hasta el lunes 29. Prácticamente todos tenían asumido que había que estar en el centro ideológico para intentar frenar el ascenso de Vox, pero todos callaron hasta después de las elecciones. De nada sirve lamentarse ahora cuando en el horizonte están las elecciones municipales y autonómicas, con tan poco margen de mejora y movimiento.
Creían que las elecciones andaluzas sería un experimento de un gobierno PP-Ciudadanos con el apoyo externo de Vox, en toda España, también en Ibiza, en Vila, y por supuesto en Mallorca, pero el revolcón que se han dado las fuerzas de centro derecha ha sido de los que hacen historia.
Dicho esto, tampoco me atrevería a hacer una previsión electoral de cara a las próximas autonómicas y municipales porque ahí sí juegan un papel importante y decisivo los candidatos, la diferencia de votos no es tan determinante y los votantes valorarán la gestión de los actuales gobiernos. Las próximas semanas determinarán si el PP quiere viajar al centro o, por el contrario, lo hará a ninguna parte.
PSOE: la tormenta perfecta
Los socialistas pueden estar satisfechos. Acostumbrados a su papel de segundones desde hace tiempo, incluso superados por Podemos en las anteriores elecciones, el PSOE se ha aprovechado de la tormenta perfecta. La división del centro derecha más la bajada de Podemos la convierten, ahora mismo, en la primera fuerza política también en Ibiza. Pero que no se equivoquen tampoco. Puede ser una situación coyuntural y el 26 de mayo puede haber cambios determinantes porque en la gestión del Consell d'Eivissa el balance final no da ni para un aprobado justo. Y no hablemos en Vila, donde estos cuatro años han estado marcados más por las polémicas que por solucionar los problemas de los ciudadanos. Dudo mucho que se pueda vivir de rentas tras la reforma del Paseo de Vara de Rey. Y esto mismo lo decían algunos destacados dirigentes socialistas hace apenas dos semanas, que responsabilizaban a Rafa Ruiz de todos los males del partido en Ibiza.
Podemos aguanta
El chalet de Galapagar de Pablo Iglesias e Irene Montero era un lastre demasiado pesado para las elecciones del 28 de abril, pero parece que los votantes y simpatizantes de Podemos no lo han tenido demasiado en cuenta a la hora de depositar su voto en la urna. Lo de la casta y tal ya ha pasado a la historia. No hay como cuatro años en el poder para convertirse en un partido como los de toda la vida. Aún así, Podemos mantiene unas opciones reales de jugar un papel protagonista en las próximas elecciones, tanto insulares como autonómicas.
Ciudadanos y Vox
El voto útil hacia el PP en las autonómicas e insulares puede llevar a estas dos formaciones políticas a la irrelevancia. Ciudadanos porque en Ibiza tiene una organización interna que cabe en un Seat 600, como se ha demostrado durante estos cuatro años. Los candidatos y líderes ibicencos no son ni Rivera ni Arrimadas, y tampoco Joan Mesquida. Soñar es gratis, pero la política es tan volátil que hasta pueden ser decisivos dentro de un mes. Nunca se sabe. De Vox habrá que ver si tienen alguna opción de futuro o se queda en solitario en el espacio más a la derecha de la política. Eso sí que lo tiene totalmente asegurado tras las últimas elecciones.
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