Con la sentencia del Supremo por el caso Nóos se cierra una etapa de la vida pública de Baleares, aunque ya hay algún sádico que cree que la imagen que falta es la de Cristina de Borbón acudiendo a la cárcel para tener un bis a bis con su marido Iñaki Urdangarin. Ya el marqués de Sade en el siglo XVIII constató que hay gente que experimenta placer cometiendo actos crueles con otras personas, pero allá cada cual con sus perversiones sexuales. El caso es que ahora comprobamos en manos de quién estuvimos durante muchos años y a quién se nos ponía como ejemplo máximo de virtudes, hasta el punto de entregar la Medalla de Oro de la Comunitat a un matrimonio del que no se tenía constancia que hubiese hecho nada en beneficio de Balears o al menos nada destacable. Pero entonces las cosas sucedían así. También eran años en que una alcaldesa socialista de Palma como Aina Calvo (que llegó a serlo gracias a UM, que se nos olvida todo) venía y decía que el edificio Gesa de Palma pasaba a ser del Ayuntamiento y nadie lo cuestionaba. Pero no era así, como ahora sabemos.
Verdades como puños
El fin de una época aciaga
16/06/18 4:01
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