Esta semana la dosis de postureo barato nos la han suministrado desde el Consell d'Eivissa y el Ayuntamiento de Vila. Una vez se supo que el flamante presidente socialista del Gobierno había dado la orden de acoger a los migrantes rescatados por el ‘Aquarius', los representantes de ambas instituciones se pusieron a su disposición para ayudar en lo que fuera necesario. Sin embargo, ni Vila ni la institución insular supieron qué responder cuando se les preguntó en qué consistía esta ayuda que ofrecían y se limitaron a señalar que cuando llegue el momento, si es que llega, ya se verá. Es decir, un auténtico brindis al sol para figurar en los titulares de los periódicos del día siguiente. Cuando hace dos años el presidente Vicent Torres dejó a sus socios de gobierno colgar la pancarta ‘Refugees welcome' en la fachada del Consell d'Eivissa ya se vio al cabo de pocas semanas que era un brindis al sol. ¿Se acuerdan del refugiado saharaui, economista de profesión, que al ver dicha pancarta entró al Consell a pedir ayuda y no supieron qué hacer con él? Al final, los que le ayudaron no fueron ni Viviana de Sans ni Lydia Jurado ni Miquel Vericad ni Joan Ribas ni ningún otro oportunista de los que se hicieron la foto cuando colgaron la pancarta y de los que se vanaglorian en Twitter de lo solidarios que son. Tuvo que ser un empresario de Sant Antoni el que le diera trabajo al refugiado saharaui. Sí, uno de esos ‘fachas' de derechas que tanto daño han hecho al pueblo, según los que ahora mandan en el municipio portmanyí. Qué cosas, tú.