Me llamo Luisa Costa y escribo lo siguiente para intentar que mis simpatías políticas de hace tiempo no tengan repercusiones en la actualidad. Aunque debería decir «que dejaran de perjudicarme», pues ese es el efecto que está surtiendo la publicación de algunas fotos muy alejadas en el tiempo y que me vinculan con personas del entorno del grupo político Podemos.

No voy a negar que en los primeros meses de asentamiento de dicho partido colaboré activamente en distintos eventos y asistí a reuniones de sus círculos. Era el momento en el que, como muchos de nosotros, creía en la necesidad de regenerar la política y Podemos parecía encarnar ese papel. Sin embargo, demasiado pronto fui testigo de que había gran distancia entre la voluntad y el deseo de mejora frente a, en mi opinión, la ineptitud de gran parte de aquellos que fueron elegidos en los puestos de dirección y coordinación, al menos en Baleares que es lo que conozco. Con el paso del tiempo, las directrices impuestas por Madrid de purgar cualquier atisbo de disidencia han hecho que apenas queden círculos activos y que personas de gran valía hayan abandonado la militancia. De la confrontación de ideas y del debate abierto solo puede resultar mejoría, pero no ha sido esa la línea a seguir, por lo que llegó un momento en el que dejé de participar.

De este tiempo pasado me quedan dos cosas fundamentales. Por un lado la amistad trabada con personas que entienden que hay que estar en la calle, reivindicando; o en asociaciones, informando y denunciando; que no podemos seguir permitiendo que se degraden nuestros derechos y que hay que seguir peleando para que los poderosos no hagan lo que se les antoje con los demás.

La otra cosa fundamental es el firme y pleno convencimiento de mi renuncia a ser identificada en la actualidad con cualquier actuación o iniciativa de Podemos Ibiza, donde a mi modo de ver coinciden, en su máxima expresión, los defectos anteriormente expuestos. Si en ningún momento formé parte de la estructura política (y pude hacerlo, pues renuncié en su día a mi puesto en la lista municipal que me hubiera supuesto un cargo) y mis acciones fueron guiadas por el entusiasmo de esa primera época, hoy día deseo que no se recuerde ese capítulo de mi vida pues en nada coinciden mis ideas de cambio y regeneración con aquello en lo que se ha convertido el que fuera mi partido.