El velo de Tanit

El filósofo piensa en conceptos. El artista intuye en imágenes. El místico piensa en imágenes.

El poeta es un cocktail mestizo: A batallas de amor, campo de pluma. Cuando Robert Graves decidió irse a vivir a Deia, la oronda Gertrude Stein le preguntó con cierto complejo de culpa semita: “Pero Robert, ¿serás capaz de aguantar el Paraíso?” Para algunos Stein pasó a la historia literaria con su A rose is a rose, is a rose, is a rose…Su amigo Ernest Hemingway la respondió: A bitch is a bitch, is a bitch, is a bitch…

Quién cuenta los costes del gozo, no se merece el paraíso.

Los antiguos pensaban que el paso al más allá siempre era más suave en la isla de Ibiza. Una inscripción egipcia ondea el velo del eterno femenino Isis-Tanit-María: Siempre hice lo que deseaba / las uvas empapadas de rocío/ exprimía y bebía sin tardanza / para refrescar mi corazón. / Olvidé el mal, recordé la felicidad, y he cantado hasta este día / que abordo el país amante de silencio.

La vida es un continuo milagro. A veces recito los versos que encontró el viajero Patrick Leigh Fermor en un pabellón de caza austriaco, mientras marchaba a pie hacia Constantinopla: Vivir, no sé cuánto tiempo / Y morir, no sé cuándo / Deber ir, no sé adónde; / Me asombra que esté tan alegre.