«La vida es algo maravilloso, joven, siento mucho que para usted no lo sea», respondió un glorioso payaso a un joven periodista. Si no encuentras la alegría en esta tierra, búscala hermano más allá de las estrellas, pero no me des el coñazo. Posiblemente sea la actitud alegre la forma más elegante de vivir. El esclavo Epícteto (todo está en los clásicos, todo es un eterno retorno) nos dio sabias lecciones al respecto. Y hasta el cínico señor de Voltaire sentenció que prefería ser alegre porque es mejor para la salud.
El dios Bes da nombre a la isla de Ibiza. Es una cachonda divinidad que recomienda la danza, la risa y el sexo como modus vivendi. Sin duda es fundamental en la concepción lúdica pitiusa. En la danza se refugian también los desesperados que se sienten desplazados con los valores dominantes del mundo. Isadora Duncan bailaba descalza y Nijinsky componía sus agónicos diarios como gravitaba en sus piruetas.
Os animo a vivir danzando más allá de la dictadura de los monocordes ritmos electrónicos (el machacón sieg heil). Danzad para engrandecer el corazón o para encontrar a Dios en las vueltas derviches.
2 comentarios
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siempre un placer leer a Jorge Montojo, tan acertado en sus enseñanzas edonistas que yo, rodeada de asfalto y no de mar como el escritor en Ibiza, igualmente, muchos días, a la caída de la tarde, pongo en practica... siempre para alcanzar la alegría! Gracias Jorge!
Ni un solo libro de autoayuda es capaz de transmitir la alegría por la vida, que lo escrito en este articulo. Me pongo a bailar y a....Gracias!!